sábado, 30 de enero de 2010

Azúcar y limón

He pasado todo el día con leve-resaca. Doble. Resaca en el cuerpo pues ayer estuvimos de comida para despedir a nuestra compañera Milagrito. Como es lógico la sobremesa se prolongó y finalmente acabamos en uno de esos bares de copas que aseguré no pisaría en tropecientos años. Pero la ocasión merecía posponer la decisión y ahora ya sí me puedo despedir de ellos hasta dentro de un par de milenios... ¡mínimo! Lo gracioso es que no bebo, ni fumo. Sin embargo me desperté con la garganta como si me hubiera ventilado un paquete de tabaco yo solita, y un dolor de cabeza que me hizo recordar alguna fatídica post-secuela-por-garrafón de antaño... ¡ains! Supongo entonces que el humo reinante del lugar y el reiterado exceso de decibelios han debido pasarme factura. Peeeero nunca mejor dicho... que me quiten lo bailao’ (que fue un tanto-bastante), marcándome por supuesto unas cuantas piezas con la homenajeada que fueron todo un disfrute.

La otra resaca es del alma. De los dieciocho compañeros que somos en mi centro de trabajo, Milagrito y yo compartíamos espacio. Y momentos. Y conversaciones. Y risas. Y algunas lagrimillas de alegría o de dolor. Y abrazos. Y cansancio. Y desayunos. Cachitos de vida en resumen. Y, entre tanto y tanto, se fue creando un vínculo que sin darnos cuenta traspasó la frontera del compañerismo puramente laboral. Nos fuimos “domesticando”... como el zorro y el Principito.

Antes de ayer nos despedimos en privado ella y yo. Vía escrita y hablada nos dijimos algunas cosas, de esas que sólo la gente amiga se expresa mutuamente en momentos de especial intensidad. Milagrito, que por sus circunstancias personales tenía solicitada la reducción de jornada, se marchó una hora antes, como cada día. Cuando iba a cerrar la puerta se quedó parada, me miró, la miré... durante unos minutos sólo nos miramos a la par que el caudal de los ojos aumentaba, "ahogando", impidiéndonos hablar. Ya no había espacio para la palabra. Y la puerta se cerró. ¿Como cada día?... No. Los días que lleguen ya no irán acompañados del “cada”... ya no habrá serie. Posiblemente en alguna ocasión aparezca de visita, pero la cotidianeidad con ella... ya no será más.

Se marcha no porque quiera, tampoco porque tenga que hacerlo. Solicitó otro destino voluntariamente en función de lo que estima mejorará su situación personal, muy condicionada por tener que criar sola a sus dos hijos, siendo un de ellos discapacitado físico e intelectual en un grado considerable. Si de sus deseos en exclusiva hubiera dependido... allí, con nosotros, se habría jubilado.

En la comida hubo diversión, momentos muy emotivos, discursos... y de tanto en tanto cruce de miradas. Cuando sus ojos y los míos se encontraban... parecía que el tiempo se detenía y el resto de personas desaparecía. Nos quedábamos ancladas en ese hilo invisible que nos unía. Miradas tan silenciosas e intensas como las del día anterior. Tan sentidas como aquellas que nos dejaron mudas poco antes de que una puerta se cerrara.

A eso de las nueve de la noche me despedí de los irreductibles que quedaban en el bar -entre ellos Milagrito- y regresé a casa caminando. Me encanta hacerlo... de día... de noche. Era un inmenso placer percibir como el aire frío entraba en mis pulmones a medida que daba pasos. Alzaba la cabeza, para sentir ese frescor en la cara... y buscar estrellas allá arriba. Las estrellas que sembramos Milagrito y yo en el pedazo de cielo que construimos. Ese cielo en el que tanta luz ha dejado al partir y por el que tan agradecida me siento.

La vida es azúcar mezclada con limón. Y las despedidas definitivamente tienen un sabor... dulcemente amargo. Dulce porque el corazón rezuma almíbar al comprobar el enriquecimiento que te ha aportado alguien... la relevancia que su presencia ha tenido para que seas un poco más persona... la maravilla de estar “cerca” de un ser humano... de confiar y que confíen en ti. Amargo porque como dice la canción... cuando un amigo se va, galopando su destino, empieza el alma a vibrar porque se llena de frío...
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“El esplendor de la amistad no radica en una mano extendida, en la bondad de una sonrisa o en el placer de una compañía, sino en la inspiración del espíritu al descubrir que alguien cree en nosotros y está dispuesto a brindarnos su confianza”
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(Ralph Waldo Emerson).

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jueves, 28 de enero de 2010

¡Qué chica!... "Chica"

"Chica" es la guardiana de la finca donde está mi trabajo. Voilà!...
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Ejem, ejem... guardiana-guardiana... tampoco. Pero tiene vocación de "Sheriff" y se gasta unas pulgas -no por tener parásitos- con lo renacuaja que es, que a un mastín enorme que también vivía en la casa del guarda le intimidaba cada vez que abría la boca. Digo el hocico. Atemorizadito estaba el can... hasta que un día pasó a mejor vida. No por fenecer sino porque se lo llevaron a otro lugar.
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"Chica" es la reina del mambo... y del pueblo, que en realidad no es tal ya pero como si lo fuera, ya que se trata de una barriada separada de la ciudad por la vega. Qué digo la reina... la "Mata-hari", la "femme fatale"... ejem, la "perra fatale".
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A sus taytantos (15 o 16 años le calculo) es lo que yo llamo una "elementa". Es decir: sabe más que los ratones coloraos'. Se ha beneficiado a todos los machos del lugar que, literalmente, siguen haciendo cola por ella a la entrada. Insisto: se ha beneficiado... no se la han beneficiado. Debe ser toda una experta en artes amatorias. Claro... la madurez la ha instruido y caen rendidos a sus pies. Ejem... patas. De hecho se la rifan y alguna que otra pelea por sus huesitos he visto. Ella... que es muy primitiva en según qué aspectos... más ancha que larga por ello. Algún pretendiente quiso establecerse con ella formalizando la relación, incluso formando una familia, pero ella no pasó por el aro. Se divirtió con ellos lo que le apeteció, decidió ser madre con varios y... ¡hasta luego Lucas! Es un espíritu libre esta muchacha... y un body de lo más libertino. Oigan... ¡pues que le quiten lo bailao'!
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El caso es que suelo ser la primera en llegar cada mañana y allí está ella, esperando:
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- ¡Guau-guau!

- Buen día Chica... (si me levanté cariñosa, le doy su ración de mimos matutinos. Que no... se lo digo: hoy no tengo ganas maja... Espera al próximo que llegue y a ver si hay suerte).

A veces te enreda, aunque no te apetezca, saltando y haciendo piruetas seductoras, la muy bandida...

- Guaugua guaaaa guua (O sea: "Leve... tócame la pancita un rato, por faaaaa..."). Ya repantingada en mitad de tu camino... ¿quién se niega?

- Vale, un poco... ¡pero sin lamentones eeeeehhh!...


- Guaaaau gu guauuu guguaauuu... (la cabeza, ráscame, que me pica)...
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- Gu Guaau Guaaauuuu gua gua guaau (ale, ahora márchate, que voy a dormir un rato)...
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- ¿Así me despachas? Mira que eres desagradecida... pues sí queeeee...
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Menuda Cleopatra... Todo el día o comiendo, o marcando el territorio, o amando, o siendo sobeteada por alguien, o tumbada a la bartola, sin trabajar, sin responsabilidades...
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¿QUE VIDA MAS PERRA?
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Si existe la reencarnación estoy por desear ser "Chica" en la próxima vida.
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¡Pero no de tamaño! "Chica"... de chucha. Ejem... de esta chucha.
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miércoles, 27 de enero de 2010

Ki-ki-ri-kiiiiiii...

Hoy me percaté de mis primeras ¡ki-ki-ri-kiiiiii! O sea mis primeras “patas de gallo”. Son muy sutiles, apenas están ligeramente pronunciadas y he de achinar los ojos para que se aprecien. Seguramente llevan un tiempito forjándose pero no había reparado en ellas. ¡Y eso que soy coqueta!, sin embargo se ve que no me miro al espejo lo suficiente, o que no me examino de cerca. Al descubrirlas, lejos de soltar un grito de pavor he sonreído. Una de tres... o estoy algo loquita, o soy rara-rara-rara, o verdaderamente cada día me siento como me ven y veo: mejor.

No está mal que las primeras muescas que el camino deja en mi superficie se presenten a los 42 en puertas. Es un buen momento. Es, de hecho, el lógico momento por más que mi envoltorio se conserve bien como consecuencia de llevar una vida sana, física y mentalmente (cierto es que la genética contribuye a que así sea).

Tengo la plena convicción de que quien asume el transcurrir del tiempo con serenidad, con aceptación, con dignidad... no hace otra cosa que volverse más hermoso. Que descubre que muchos de los gigantes que se agitan en la imaginación sólo son molinos de viento. Que cuando la belleza, la de afuera, se va acabando... la auténtica, la que va ligada directamente al ser, se muestra prácticamente a cada minuto del día, sin velos, sin artificios, sin maquillajes que la camuflen... aunque quizás no nos demos cuenta...



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No sé qué opinaré mañana, ni si el mañana llegará siquiera. Pero mientras tanto... benditas sean estas incipientes arrugas signo de vida. Estas “carreteras secundarias”... que se van construyendo en el mapa de mi piel a medida que circulo por la vía principial. Estos estandartes de mi triunfo... que lo son.
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martes, 26 de enero de 2010

Inevitables trampolines

Hay que lanzarse a un final...
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para que se dé otro comienzo.
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domingo, 24 de enero de 2010

Leveparedes

En las paredes de casa viven cachitos de poesía...

"El hermoso consuelo de encontrar
el mundo en un alma, de abrazar
a mi especie en una criatura amiga".

(Friedrich Hölderlin)

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Sólo que escrita con pinceles coloridos...
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y el arco iris resultante es una leve-decoración... de corazón.
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viernes, 22 de enero de 2010

Levemeditación

Vaciarse de llenos...
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para llenarse de vacío.
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miércoles, 20 de enero de 2010

Más cositas

Gracias... por favor... me gustas... ¿necesitas algo?... te respeto... ¿cómo te sientes?... hasta pronto... nosotros... ¿cómo amaneció hoy tu corazón?... me alegro de verte... perdóname, me equivoqué... ¿qué tal fue tu día?... paz... qué bueno estar aquí, contigo... lo siento... ¿te apetece que paseemos juntos?... qué bien te sienta la sonrisa... te espero... te quiero...
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Las que precisa el mundo... las palabras amables. Sin duda... más de esas cositas que hacen que la vida valga la pena... ¡y la alegría!
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lunes, 18 de enero de 2010

Erase un circo... una mariposa... y unos caramelos

Si hay que caer... que sea de lugares bien altos...

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Sí, lo que el mundo necesita es un poco... de maravilla.
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¡Y caramelos! Coge los que quieras Marie . ;-) . Hay de regaliz, de mousse de mandarina, de capuccino, de crema irlandesa, de leche merengada, de cereza, de café, de batido de vainilla... Los corazones de gominola (que demostraron en su momento que... ¡el amor sabe a melocotón!) se han agotado, pero si alguien tiene antojo cualquier día de estos me acerco a "Chuchelandia". Es un país vecino proveedor del fruto en cuestión, que allí crece en los árboles de prácticamente todo el territorio. Lo único que tengo que hacer es llenar las cestas y dar las gracias porque... ¡es gratis!... como casi todo lo bueno... de verdad de la verdadera.
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¡Sirvase quien guste de endulzarse un poquito sin temor a caries alguna!

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sábado, 16 de enero de 2010

El valor de la palabra

Hay quien juega con las palabras de manera divertida. Hay quien las utiliza de modo ruin. Hay quien las emplea como simple herramienta de lenguaje. Hay quien se las toma humorosamente en serio. Y hay quien incluso les confiere un carácter sagrado y jamás las traicionan. Escribió Esther Bendahan... “La mentira es asesina de la vida. Y una vez descubierta hay que condenarla y ejecutarla para que no muera todo lo que hay a su alrededor”. Estoy de acuerdo con ella.
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Ciertas palabras me interesan por su forma. Confieso, además, que tengo particular predilección por las que llevan “c” o “z”... cereza, corazón, templanza, esperanza, dulzura, solicitud, zahorí, cercano, céfiro, zaguán, abrazo... A mi juicio quedan endulzadas y me resultan musicalmente sonoras. Sin embargo es un interés ligero... estético, no más. Lo que verdaderamente me importa de la palabra en general es que lleve aparejada la acción a que se refiera, que su esencia... su semántica, se traduzca en acto.
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Me contaron que hubo un tiempo, no muy lejano, en que los tratos se hacían con un apretón de manos y con eso bastaba. Ese gesto tan cargado de valor era la propia palabra, que no precisaba ser atestiguada por escrito, y casi, casi... ni siquiera era necesario pronunciarla. Añoro aquel tiempo que no llegué a conocer... o quizás sí pero era demasiado chiquita para entender.
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Las que no sólo son humo... Las que, aún con viento que aspira a llevárselas, permanecen, flotando alrededor... Las que al principio, en el durante y en el después son lo que dicen ser... Las que rompen trincheras y no levantan murallas... Las que tienen sus raíces en el alma y sus ramas en la boca, en las manos, en la mirada... Las que acercan para el encuentro... e incluso el reencuentro. Las palabras humildes, las verdaderas... mis preferidas.
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Pero y la falta de palabras, el silencio ... ¿no es una palabra en sí que tanto dice en ausencia de sonido?
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jueves, 14 de enero de 2010

Laberintos

Buscando encuentros...
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se encuentran búsquedas.

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martes, 12 de enero de 2010

Hogar

El alma es nuestra casa...
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Nuestros ojos sus ventanas...
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Y nuestras palabras...
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sus mensajeras.
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lunes, 11 de enero de 2010

Por fin el fin... ¡ALELUYA!

Primer signo de que la Navidad acaba.- Para compensarme por la injusticia del carbón que me dejaron unos que dicen ser reyes y tienen fama de magos, el fin de semana vinieron a almorzar Melchora, Gaspara y Baltasara. O lo que es lo mismo: mi sister Esther, mi sister Susana y mi prima Eu. Hablamos de lo divino, de lo humano, reímos... nos emocionamos. No vinieron solas sino acompañadas por Denia, que decidió quedarse a vivir aquí porque dijo encontrar el cálido ambiente que andaba buscando...
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Segundo signo –y decisivo- de que la Navidad acaba.- El leveárbol vuelve a plegarse hasta la próxima vez, que no se sabe si será el siguiente año porque este ha perdido muchos puntos. En paralelo Punki podrá regresar a su “habitación” (lugar junto a la ventana) que cedió gentilmente al árbol flotante en espiral...
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Punki es todo un caballero. Porque no es planta sino planto. O planta macho, si se prefiere. Inauguró conmigo una vida en este hogar dulce hogar hace ya... ¡nueve años!... caray cómo pasa el tiempo. Ahora que le miro bien... se ha convertido en todo un hombre. Digo en un planto adulto. Al margen de su aspecto agresivo es encantador, noble y además de muy educado es protector. Si algún visitante se pone tonto... me defiende con sus “extremidades”. ¡Punki mi héroe! Y como se puede observar no está solo en sí mismo. Le acompaña uno de esos príncipes a los que besé y se convirtió en rana... croac, croac, croac...
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Al menos ahora tiene utilidad y da de beber a Punki. Sí, no he dicho aún que en mi faceta de ¡superleve en acción!, tengo el poder de petrificar a quien finalmente resulta ser quien decía no ser. O a quien dice no ser, pero demuestra ser. Es un poco como ser Rey Midas, pero sin su avaricia ni oro de por medio, sino piedras. ¡Y lo consigo con solo un beso!
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Doy pues por finalizadas, leveoficialmente, las fiestas navideñas que entre unas cosas y otras básicamente han sido... una serie de catastróficas desdichas. Así que... ¡alegría, alegría... acabaron ya! Aunque, je, aún me quedan un par de días de vacaciones... ¡bieeeeeeeennnnnnnn...!
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viernes, 8 de enero de 2010

"Me descubro"... ante el respetable

Recientes comentarios motivan esta entrada, aclarando que los hombres tangueros se lo ponen por la noche para bailar... y Leve (también tanguera) durante el día...
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Si hace frío de más, forrado de lanita...
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Esto de vivir con una ex-maniquí (modelo de pasarela vaya), me viene de perlas para que las prendas luzcan como es debido. Daniela, si eres tan amable de ponerte frente al objetivo...
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Pero la verdad, ¡de la verdadera!, es que lo que más uso son boinas francesas que me quedan requetebien. Esta mañana llevaba la que Cora (otra compañera de piso) muestra...
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No es que le haya cosido estrellas de fieltro, no. Es que una noche paseaba y de repente... sentí un tintineo en mi cabeza... ¡clin-clin! Oigan... ¡iluminaron mi pensamiento y se fusionaron con la boina!... como un tatuaje. Pero... mejor dejemos que la gente siga pensando que lo levecustomizo todo porque... ¿quién va a creer que llueven estrellas?

¡Y cuidaiiiito eeeeh!... que de tanguera puedo pasar en un plis-plas a "Leve-Al Capone". Polivalencia de los borsalinos . . :-)
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miércoles, 6 de enero de 2010

¿¿¿Esto qué é lo que é????

El niño quiere el camello y yo...
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¡¡¡EL LIBRO DE RECLAMACIONES!!!
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martes, 5 de enero de 2010

Auto-móvil Real

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Me voy levevolando que aún he de colocar los zapatos junto a la ventana, poner un poco de agua para el camello, un licorcillo pa' las Reinas -o refresco por si son abstemias- y algún que otro dulce que les haga reponer fuerzas.
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¡Que vienen, que vienen...! Melchora, Gaspara y Baltasara, que son quienes aparecen en el país de las Levemaravillas.

Como he sido buena... ¡me traerán todo lo que he pedido!
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lunes, 4 de enero de 2010

Bellas y Bestias

Yo no sé muchas cosas, es verdad.
Digo tan sólo lo que he visto.
Y he visto:
que la cuna del hombre la mecen con cuentos,
que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos,
que el llanto del hombre lo taponan con cuentos,
que los huesos del hombre los entierran con cuentos,
y que el miedo del hombre...
ha inventado todos los cuentos.
Yo sé muy pocas cosas, es verdad,
pero me han dormido con todos los cuentos...
y sé todos los cuentos.
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("Sé todos los cuentos", León Felipe)
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¿A cuántas ancianas rechazamos?... ¿Con cuántas bestias nos cruzamos?... ¿Cuánto de bello tendremos cada uno?... ¿Cuánto de bestia?... ¿Cuánto... de cuentos?

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sábado, 2 de enero de 2010

Confusión popular

Ser fuerte...
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no significa ser inerte.

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viernes, 1 de enero de 2010

Levedeseos...

Mira que te diga...
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en 2010, y en 2011, y en 2012, y en 2013, y en...


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