martes, 27 de abril de 2010

Levepoliglotía

Siempre he tenido facilidad para los idiomas. Incluso para las “lenguas muertas”. Debo ser una antigua que pa’ qué en ciertos aspectos porque me encantaba el latín... “Singular: rosa, rosa, rosam, rosae, rosae, rosa. Plural: rosae, rosae, rosas, rosarum, rosis, rosis”... je, la primera declinación es como el “pater noster”... una vez lo aprendes no la olvidas, aunque pasen décadas sin repetirla. Claro que me la enseñó una maestra de esas que todos querríamos tener alguna vez en la vida: apasionada verdaderamente por su trabajo, transmitiendo sus ganas a la par que generándolas en muchos alumnos. Con decir que vía traducciones de “La conjura de Catilina” lograba poco menos que estuviésemos presentes en el escenario de la conspiración pues... Era una docente vocacional, que se diría.

Pero regreso a las “lenguas vivas” que son las que me ocupan a día, ejem, noche de hoy. Ya desde pequeña me manejaba requetebién con el inglés y francés. Empleaba un sistema de aprendizaje singular además de muy lúdico. Adquiría los conocimientos a través de la música y para ser más exacta de canciones, siendo yo la intérprete. Oigan... a fuerza de tararear y canturrear esta y aquella tonada... ¡aprendí varios idiomas! :- ) A ver… en honor a la verdad la capacidad innata ayuda, je.
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El secreto de este método consiste en manejar con acierto una sola letra. Por ejemplo para dominar el inglés basta con el uso adecuado de la “ch”. Una muestra de antaño: chumorroooooo, nazin stop a guan chu be friiii, chu naiiiitttt, chel miiii, chu es beder dan guan, japi berdei chu yuuuuu, guan deiiii guel bi chuguedeeerrrr...

En francés la letra fundamental es la “r”, aunque no pronunciada a la española sino de este modo: “rrrrggg”; mismamente como si se tuviera más frenillo de la cuenta o se hicieran gárgaras. Las tonadas quedaban así: “puurrrgggcua ti no vian isiiii mon amurrrrrgggg, ye sui hegrrreee de te vuagggrrrr, le meyerrggg chua e selui qui funcion bian purrrrggg vu, ye tatandrrrgggeeeee tute ma viiiiiii, si vu desigrre vuset agrrive a la fan du mond, ye sui trrrrggggeee biannnn parrrggce que ye te ennme, queleerrrgggg e tillll...

Además, aquí donde no me ven, tenía un éxito tremendo de público. Vivíamos en un ático y la terraza de casa estaba separada de la contigua por un muro que no llegaba hasta arriba, quedando una apertura de unos 40 centímetros de alto. Allí vivía una pareja con una prole también formada por cinco churumbeles, de edades similares a las nuestras así que... mi hermano, experto imitador hacía lo propio, y yo me la pasaba interpretando “eurovisivamente” (esto es: cantando en francés e inglés) y a veces “televisivamente” (o sea: subiéndome a unas escaleras para asomar mi cabeza a través de los 40 centímetros). Y... ¿creen que los vecinos me lanzaban tomates?... ¿qué me silbaban con menosprecio e insultaban?... ¡NO! Todo lo contrario, me aplaudían con fervor y pedían: ¡otra, otra, otra....! :-DDD ¡De verdad de la verdadera!

Hecha esta introducción no sorprenderá al respetable que hace apenas unas horas haya descubierto que... ¡sé hablar chino!, palabra. Verán… es raro que compre en una tienda china (menos en las de ropa), pero hoy ha ocurrido ¿Y qué ha pasado exácticamente?...

Con la prenda que me llevo me dirijo a caja. Pero como detesto tener que volver al comercio en cuestión a cambiar o devolver lo que sea por agujeros-varios-que-hace-la-puñetera-alarma-que-ya-podían-inventar-otro-sistema-antirrobo-y-que-no-vale-el-nuevo-chip-que-en-algunos-lugares-ya-ponen-pero-pa-qué-si-total-siguen-manteniendo-también-la-de-toda-la-vida-que-taladra-la-ropa-y-encima-vas-pitando-donde-quiera-que-entres-si-no-has-cortao’-la-etiqueta-donde-va-el-chip-que-he-mencionao’-antes-pues-sí-que-estamos-apañaos’, me dispongo a hacer una inspección rápida aunque también exhaustiva del artículo antes de entregárselo a la chica para que me cobre.

- Leve. Vaya... está rota.
- Dependienta, china ella. No, no loto.
- Leve (se acerca la prenda a los ojos, por si se hubiera tratado de un fallo visual, o imaginación, o...). Sí, sí loto (primera lección... totalmente espontánea fruto, supongo, de mi predisposición natural a la poliglotía).
- Dependienta, china ella. No, tú mila, no loto (mientras toquetea a ver si lo descosido -ornamental además- se cose por obra de magia potagia).
- Leve. Yo milo y veo. Pelo tú milas y no ves. Sííííí loto (¡menuda pronunciación me gasto!).
- Dependienta, china ella. No loto, costula tolcida.
- Leve (volviendo a cerciorarse, por si acaso de repente tuviera graves problemas de visión). No colal. Definitivamente sí loto. ¿Tú cleel que yo estoy ciega? (llegada a este punto yo sonleil-le pues en realidad se trata de una pregunta disfrazada: ¿Te crees que soy rematadamente tonta?).
- Dependienta, china ella (parece que sintiéndose acorralada frente a la innegable verdad). Tú lleval a tu casa y cosel allí.
- Leve (con cara de no dar crédito a la propuesta, pero pa’ morro la china, morro yo. ¡Uy!, mejor en su idioma y practico... con cala de no dal clédito, pelo pa’ mol-lo la china, mol-lo yo). Entonces tú dejál-melo más balato polque estal loooo-toooo.
- Dependienta, china ella (encontrando rápidamente otra solución porque la pela es la pela... ¡y que luego carguen la fama que cargan los catalanes, si es queeeee...!). No, lleval a casa y cosel yo. Tú venil luego pol él.
- Leve (muy diveltida, pelo haltica ya, cambial de opinión). Tú quedáltela pa’ siemple. Aliveldechi (o cómo hablal italiano en chino, ya puesta…).

En sirio que ha sido así, digo en serio. Lo alucinante es que ella no se ha sorprendido ni pizca de que hablase su idioma con tanta soltura y desparpajo. Diría que hasta lo ha agradecido. Vamos... y que se atreva alguien a decir que el chino es difícil. ¡Pero si está chupaooooooo’! :-DDDDDD


Sólo hay un pequeño inconveniente: tampoco yo hablo chino mandarín .:-S

Y vaaaale, de acuerdoooo. El Spanchin es lo que es superfácil :-P
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Pd. dulzona:


Pd 2. Juraría que el tipo del azucarillo se parece más a Napoleón que a Confucio...
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lunes, 26 de abril de 2010

Soluciones

Para hallar salidas hay que encontrar puertas...
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O ventanas.

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sábado, 24 de abril de 2010

Levebarrio sésamo

Hola amiguitos. En este programa aprenderemos la diferencia entre: dentro y fuera.

Deeeentro (del levehogar)...
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Fueeera (del levehogar)...
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¿Dije fuera?
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¡Hasta la próxima amiguitoooossss!
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viernes, 23 de abril de 2010

Ni más, ni menos

¡Alegría, alegría…!

O… ¡tortura, tortura!, según.

Ultimo fin de semana de abril. Había olvidado que cada último fin de semana de abril, de cada año, se celebran… ¡las fiestas del barrio! Pero no crea el respetable que es una verbena cualquiera. La más grande de toda la ciudad. Y como la Asociación de vecinos es pudiente… ¡orquesta cuatro noches! Bueno, ayer no hubo lo que parece indicar que la crisis también afecta y sólo da para tres (¡bien!). Ni trescientos metros hay entre el escenario y la vivienda de quien escribe. Y sin edificios, ni nada que amortigüe el sonido… ahí, en abierto, sin escudo alguno, ¡ains! ¡Tropecientos decibelios… vienen a mí! Igualiiiito, igualito que si tuviera al grupo en la habitación. Menos mal que el castillo de fuegos artificiales que también organizan es casi mejor que el de las fiestas patronales del ayuntamiento. ¡Algo compensa el suplicio!

(Ahora están con las pruebas de sonido. Primera fase.- Poner algo de musiquita enlatada moderna…en inglés, claro, que lo castizo llega después en vivo y directo).
Se me ocurre que podría ser un método de tortura para intentar sonsacar información a espías o similares. Métase en el salón de la víctima una orquesta de eventos varios y oblíguesele a escuchar durante cuatro horas –con pausa de 15 minutejos- clásicos como “Paquito el chocolatero”, “Tengo un tractor amarillo”, “Saca el güisky cheli para el personal y vamo a hacé un guatequeeeee”… A ver lo que dura el interrogado sin "cantar" (¡nunca mejor dicho!).

(Segunda fase.- Probaaaandooooo, probaaaaandoooo, uno, dos, tres, uno, dos, probando, la-riiiii, la-raaaaa…)
También forman parte del repertorio éxitos del momento, incluidos del mismísimo David Bisbal, que no en vano el artista comenzó con la orquesta en cuestión y claro… qué menos que hacerle honor a la criatura. Lo cierto es que lo hacen bien… en su estilo. Pero una cosa es buscarlo… ¡y otra que se impongaaaaaa!

(Tercera fase.- Solo de batería… Ra-tatata-ra-rarara-ta-ta-¡chump!-ratatara-pompom-chisssssss-ratata-pumpum-¡chiiisssssss!... je, es que me conozco el ritual. Los músicos también son animales de costumbres fijas, como cualquier humanito que se precie).
Y mañana tengo invitados a cenar, pues sí queeeeee… Mirando el lado bueno, al menos me ahorraré tener que pensar la “música ambiental”. En fin, mejor me voy al Levebar, a beber para olvidar. Aunque… se me está ocurriendo una gran…
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¡Lo traslado a la calle, monto una barra portátil y me forro seguro!

¡Ya empiezan, ya empiezan!, con “España cañí”… ¡oooooooléééééé…!


Las mejores tapas, señoraaassss y señoreeessss. Teeeeeeeengoooo… calamares a la plancha-ensaladilla rusa-tortilla de patatas-pulpo a la gallega-papas a la brava-campiñones al ajillo-croquetas de jamón-jibia en salsa-mejillones tigre-gambas al pilpil-queso en aceite-pinchos-cogollos de Tudela con atún, anchoas y piquillos-boquerones en vinagre-embutidos ibéricos-cazón en adobo-fundidos de queso-montadito de jamón-bacalao a la vizcaína-lomo al roquefort-patatas a lo pobre-croquetas caseras…

Primera comanda: marchaaaaandoooo una de levealbóndigas caseraaaassss…


Con rosquillas de la tierra p'acompañar...
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Se ruega, particularmente a las damas pa' que luego no vengan las madres-mías, se preste rigurosa atención a las propiedades del producto...


Que la empresa no se responsabiliza de posibles efectos secundarios tales como crecida de barba, musculitos, barriguilla cervecera y/u otros signos característicos de la testosterona... A ver, que el espectro de los machotes es amplio :-DDDD
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Queden con dios y con la banda sonora de este instante verbenero…


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jueves, 22 de abril de 2010

Gestos... justos

Después de salir de clase de danza he pasado por el supermercado. En la puerta había sentado en el suelo un hombre, pidiendo dinero. Su aspecto indicaba a priori que pertenece al colectivo conocido como los “sin techo”... “indigentes”... “mendigos”… “invisibles”... Le conozco de haberle visto en varias ocasiones, en parques... casi siempre bebiendo, en compañía de “iguales” pues también crean su propia red social. Y es que por más que los momentos de soledad resulten cómodos, y hasta necesarios para algunas personas, la naturaleza humana es gregaria; independientemente de cual sea nuestro estatus. Por ende precisamos mezclarnos... interactuar con otros, comunicarnos; o intentarlo... pero ese es otro tema.

Es más seguro que probable que esté alcoholizado, e incluso que haya consumido o consuma sustancias de otro tipo. En consecuencia los apenas cincuenta años de edad real que le he calculado, parecían pasar con creces los sesenta por proyectarse cansados... deteriorados. Años de, supongo, mucho... mucho frío. Posiblemente más interno que externo. Un hombre con un equipaje vital, con una historia tal vez que contar pero... ¿a quién le interesa? Una biografía, como tenemos todos, aunque escrita con los pasos de alguien que supuestamente subsiste día a día sin amparo. Un hombre... ¿enfermo física... mentalmente?... Un hombre... ¿desheredado incluso de sí mismo?... Un hombre... ¿rendido ante las circunstancias de vida que le tocaron, o que él propició? Un hombre, en cualquier caso.
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Al entrar en el establecimiento salía otro hombre de mi quinta. Casi chocamos y nuestros ojos se han cruzado, manteniéndose la mirada en un hilo que ha tardado en soltarse. Finalmente él ha apartado los suyos pero yo he continuado mirando en su dirección, descubriendo cómo se paraba en el umbral y entregaba comida al hombre que fuera permanecía sentado. A la par he observado que su apariencia era todo lo contrario. El prototipo de un individuo sano, deportista y, en conjunto, un claro ejemplo de lo que los cánones de belleza imperantes en la actualidad determinan como hombre guapo. De hecho muy, muy guapo. No es que sea un dato relevante para lo que cuento, pero sí tiene importancia que el hombre “invisible” no lo es tanto para otro perfectamente visible, e incluso deseablemente visible para una mayoría. Con lo que, además, se desmontan tópicos del tipo: “Las rubias son tontas, los guapos ególatras insensibles…”.

Mientras cogía el único artículo que necesitaba -que se encuentra situado prácticamente al lado de la puerta- he sentido que empezaba a dibujárseme una sonrisa, procedente en realidad de los adentrados adentros; con sensación física incluida que no es nueva para mí. He notado como si un arroyo naciera en el centro del pecho y brotase en forma de cascada elevando las comisuras de mis labios. Literalmente. Y una profunda gratitud ha comenzado a invadirme en ese instante, subiéndome a una mullida nubecilla de bienestar (alegría, que digo yo... felicidad, que llama el resto).

De inmediato me he puesto en cola de caja y he podido leer el cartel que acompañaba al hombre sentado, pues lo tenía enfrente. Contaba una historia que saltaba a la legua no era cierta. Que si necesitaba dinero para el tratamiento médico de su mujer que estaba enferma y su cuñada también, que no sé qué no sé cuánto... Ningún transeúnte parecía reparar en él... como si fuera una baldosa más del suelo. Nadie excepto...
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El hombre de mi quinta -que dejó su compra momentáneamente para entregar al “invisible” la comida- había regresado dentro y terminaba de embolsar. Nuestros ojos se han vuelto a encontrar y, una vez más, no he apartado la mirada. Tampoco él hasta que ya tenía todo listo y ha iniciado la marcha. ¿Una forma de reconocimiento quizás? No sé... era un desconocido pero había “cierta extraña familiaridad”. De nuevo se ha detenido con el hombre sentado, hablándole... escuchándole... hasta que ha desaparecido. Ha dialogado con él, no largo y tendido, pero han conversado. Y así… el “invisible", durante unos minutos, ha dejado de serlo para otro hombre.

Cuando presencio escenas de este tipo las experimento de un modo singular. El transcurrir del tiempo sigue su curso habitual, como es lógico, sin embargo para mí es como si se detuviera... como si se ralentizara lo visionado pero no proyectándose a cámara lenta, aunque sí se extiende lo que acontece… remarcándose con intensidad… atenuándose sonidos y contornos de alrededor. Como si sólo existiera lo que observo... como cuando en un teatro el patio de butacas permanece a oscuras y los actores son lo único iluminado. Es difícil de explicar... pero en mi levediccionario lo suelo llamar: “estar más allá del límite de las cosas” (sin evaluar lo "material"). O "ser peliculera”, si de ese modo se entiende mejor :-)

He tenido un impulso sólo frenado por el hecho de que dos personas me precedieran en la cola. Eso es lo que ha impedido que alcanzase en la calle al hombre de mi quinta. Deseaba… casi necesitaba darle las gracias. Gracias porque, en un periodo donde la radiación de la levekryptonita me alcanza, determinadas escenas humanas comparten propiedades con el plomo y las ejercen contrarrestando lo nocivo. Porque, aunque sea abril el mes que nos ocupa, ciertas actitudes (y hasta aptitudes) llegan como agua de mayo. Porque, con lo relatado, afloran esas briznillas de hierba que luchan por abrirse paso a la vida como sea, donde sea, incluso en las peores circunstancias. Por ser artífice de un gesto... propio de justos.
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Esos gestos... exactamente los que renuevan mis fuerzas... los que me esponjan el corazón. Los que me recuerdan que sí… que otro mundo es posible, aunque haya que construirlo… e incluso reconstruirlo.

Y sonrío… dulcemente, en mis adentrados adentros.
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martes, 20 de abril de 2010

lunes, 19 de abril de 2010

El trabajo dignifica al hombre

Aunque no todos lo creen...
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¿Alguien se atrevería a negarle a este "currante" el ingenio que se gasta?
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domingo, 18 de abril de 2010

0 + 0 = ¡Mucho!...

Pero de lo NO deseado, porque todos viajamos juntos...

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Extraído de "Redes", de la emisión del 11/04/10 ("La ciudad de las ideas"). Aquí el programa completo.
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miércoles, 14 de abril de 2010

Levemil y una noches

AVISO. Esta entrada es el equivalente a ese momento temido por muchos. Ese en que cuando se va a casa de un amigo porque te invita a comer, el anfitrión decide tras el postre y café que es una oportunidad magnífica para volver a ver –en tu grata compañía por supuesto- el vídeo de la boda, del bautizo, de las vacaciones en el Caribe, del primer cumpleaños del pequeñeco del hogar… Es decir quizás, sólo quizás, se trate de un coñazo, o algo carente de interés. Que no se diga luego que no informé del contenido, conste :-). Dicho lo cual, y si todavía permanece alguien al otro lado, algunos apuntes aclaratorios.

En efecto lo de más abajo es un vídeo, naturalmente en versión Leve y a su vez mostrando mi alter ego de odalisca Galiana (o Ali al cuadrado, que por algo una se llama como se llama, je). Esto es… un grupo de mujeres bailando en el teatro (entre ellas quien suscribe), hace algo menos de un año, pero cuya “prueba testimonial” me han entregado hoy. No había tenido ocasión y lo cierto es que hubo ganas inmensas de ver sólo un momento de la actuación: el final… y me explico. Como quiera que el último medio minuto era muy rápido en ejecución y en escena nos medio enredamos, a algunas de nosotras casi no nos daba tiempo a regresar desde el fondo a nuestra posición. Sin embargo mi compañera inmediata y yo pudimos clavar la coreografía justo en el instante en que acababa la música, consistiendo el movimiento en lanzar hacia lo alto, muy alto (que no lo bajo), el velo. Lo cual, además de crear un efecto muy vistoso porque la imagen viene a ser una especie de serpiente de seda que cae oscilante, te hace sentir ¡Diosa total!... siempre y cuando lo hagas en el momento exacto; ni una décima de segundo antes, ni una décima después.

Hasta ahora, que supiésemos, la única persona accesible que había grabado el evento sencillamente no quería compartirlo con el resto de compañeras. Así es la vida… y alguna gentecilla. Pero miren por donde resulta que el propio ayuntamiento dispone de un vídeo grabado al parecer por un profesional de una televisión local y me lo han pasado. Claro que… el camarógrafo tuvo la genial idea de retirar la cámara del centro y llevársela a una esquina del escenario adivinen en qué momento. Con permiso... procede en toda regla un: ¡¡¡MALDICIÓN, RAYOS Y CENTELLAS!!! Da la impresión de que intentó el mozo rectificar sin embargo... como que no, je. Aunque bueno, qué iba a saber él de los tiempos de la melodía. Pero jopé, ya es mala suerteeee...

Hecha la introducción comento que lo que se busca en los bailes en grupo es componer “figuras”. Y desde la perspectiva en que se grabó no se capta -como ocurría estando sentado en el patio de butacas del auditorio- que la coreografía se desarrolla en una media luna formada por casi la totalidad de bailarinas, a excepción de cinco situadas en primera línea. Hago este matiz pa’ que no se esperen peras de un olmo, je, máxime porque como digo se trata de una coreografía grupal y es muy distinto a cuando se baila individualmente danza oriental, más conocida como “danza del vientre”. ¡Ah!... al principio está muy oscuro pero enseguida se hace la luz. Se ve que los técnicos de iluminación se creían Dios y pensaban que era preciso toooooodo un día para aquello de: “¡Y se hizo la luz!”.

Damas y caballeros… ¡hagan sus apuestas! ¿Quién es Leve? Para que vean que lo pongo fácil dejo un par de pistas:

Prime. Leve no está en la retaguardia sino todo lo contrario.

Segun. El segundo velo que Leve lleva colgado por la cintura en la trasera de la falda es bicolor.




Buenoooo, valeeee… es cierto. Nada de mil y una noches, apenas un ratito. ¡Pero es que pegaba! :-D

Y que yo no ando así, ¡eeeehhhh! (¡espero!). Es que las “artistas” han de retirarse del escenario con “glamour”. O bueno… será que todavía me sentía Diosa del Olimpo, je. Aunque dicen que sí parece que medio levito al caminar. Como yo no me veo… no sé, no sé, así que no contesto.

Y que quiero seguir siendo esto… porque no imagina el respetable como enganchan las bambalinas.

Y que hoy no hay asúúúúúúcar pues salió repetido el sobre.
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martes, 13 de abril de 2010

¡¡¡Arriba-arriba-arriba-arribaaaaa...!!!

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Menos mal que hay criaturas solidarias en el mundo...
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que me ahorran tener que ejercer de verdugo :-)

Bonjour!
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sábado, 10 de abril de 2010

Levekryptonita

Hace unos días empecé esta entrada pero cuando llevaba bastante escrito me quedé muda, sintiéndome de repente empachada. Posiblemente no tanto por las copiosas letras acumuladas sino porque fuera del papel (ejem... del monitor) hay que soportar en exceso a la protagonista del texto. No lo acabé y pensé incluso que ni lo publicaría, sin embargo ayer, ojeando –a la par que hojeando- un diario local, me topé con una noticia: “Detenido el autor del apuñalamiento en el pecho que sufrió un joven de 23 años el pasado fin de semana en un bar de copas del centro de la ciudad. El suceso se desencadenó por una discusión surgida a raíz de un pisotón”. Por fortuna el muchacho vive para contarlo y tras lo leído... u-n ..p-i-s-o-t-ó-n. me sirve de acicate para continuar. De modo que heme aquí, de nuevo presta a poner el punto final a lo inacabado.

No hago un descubrimiento si recuerdo que el hombre, como especie, potencialmente es todo. Y que el terreno de ese “todo” se circunscribe a lo que media entre bondad y maldad; ambas incluidas. O sea... todo ser humano podría, en principio, convertirse en lo “mejor” y/o lo “peor” (mentes enfermas y psicópatas merecerían capítulo aparte por razones obvias). Dependiendo de la inherente carga genética y fundamentalmente del lugar en que toque nacer, de la cultura en que uno se desarrolle y de las circunstancias socioeconómicas que rodeen al individuo, la personalidad se forjará en una dirección de posibilidades múltiples. En consecuencia su “modus operandi” vital será de una u otra manera, pero... en el maremágnum de comportamientos humanos es indiscutible que universalmente hay cosas que están bien, y lo contrario; al margen de matices o justificaciones más o menos certeras respecto a las distintas actuaciones. Sabemos que apuñalar a alguien supone un mal, por tanto es malo. Del mismo modo sabemos que auxiliar a quien se está ahogando en una piscina es procurar un bien... por tanto es bueno. De cajón. Estos ejemplos extremos se trasladan a todo lo que tiene que ver con nuestra cotidianeidad. Y sí... hay cosas que “sabemos”, pero olvidamos que sabemos porque “no podemos” (incapacidad de discernimiento)... o porque “no queremos” (mala fe).


Que la violencia campa a sus anchas por el mundo tampoco es novedad. De hecho, por más que la teoría diga que las sociedades avanzan, progresan... la realidad es que las distintas formas de violencia se transmiten de generación en generación. Hay quien defiende que la susodicha no forma parte de la naturaleza intrínseca del hombre, sino que se trata de una conducta adquirida en su condición de ser cultural y social a partir del momento en que los ancestros superaron al simio. ¿Cómo podría ser así si cuando el “homo” apenas comenzaba a ponerse de pie, la supervivencia llevada al límite era desde antaño una constante e ineludiblemente tocaba o morir, o matar? Es decir, ante los continuos peligros, era una respuesta “naturalmente lógica” por puro instinto de permanencia.

¿No será que la violencia post-erectus se trata en realidad de una secuela de nuestra época homínida... de una conducta heredada que lejos de disminuir aumenta adquiriendo, si acaso, formas de expresión más sutiles?... ¿No será que la especie más compleja existente en la faz de la tierra tiene una parte primitiva que no ha logrado avanzar lo suficiente? En base a lo leveobservado continuamente creo que, a nivel masivo, no hemos “evolucionado” tanto en ese aspecto; al menos en el fondo del asunto. Me atrevo a decir incluso que hemos involucionado porque aunque en la actualidad no salimos de casa con la lanza en mano, el planeta sigue poblado de depredadores y depredados. Tan sólo hemos sofisticado nuestras estrategias de ataque y defensa, pero se busca vencer... tener “el poder”... a lo que dé lugar. Y eso… no es compatible con una “sociedad civilizada” que se supone ha ido desarrollando paulatinamente el intelecto. Lástima no recordar detalles del libro “El mono desnudo”, de Desmon Morris, pues llegada a este punto vendría de perlas recurrir a alguna de sus sabias aclaraciones. No obstante me late que haría una defensa de la herencia genética de nuestro pasado evolutivo, asegurando que aún somos más primates de lo que podemos/queremos admitir. Y que no es cosa fácil zafarse de ella.


Y son tantas las formas en las que se manifiesta la violencia al margen de las más reconocidas: en el ámbito escolar, familiar, laboral, televisivo, en el tráfico, en lugares de ocio... De hecho esta entrada llega motivada por la que se podría calificar como “violencia cotidiana”, que no es otra que la suma de porciones del resto. Puesta a clasificar añado que dentro del conjunto de la “gente común” –es decir ni santos, ni demonios y que habitualmente se suele conocer como “buena gente”- hay demasiados sujetos excesivamente competitivos, enfadados, frustrados, doloridos, asustados... y su respuesta ante tales estados es precisamente actuar con violencia expresa o tácita.

Opino que aunque de serie nuestro carácter también venga determinado, en este sentido necesitamos potenciar la educación emocional porque es la que despierta la conciencia (a la par que duerme al “primitivo” que todos llevamos dentro) y propicia el nacimiento/mantenimiento de valores absolutamente imprescindibles como son la solidaridad, generosidad, honradez, empatía, respeto, humildad, justicia, paz... Pilares estos necesarios para una convivencia digna que intente evitar la extinción de nuestra especie pues al ritmo que vamos... acabaremos como los dinosaurios.


La que peor llevo es la violencia gratuita que se dirige contra los más débiles. Ha sido así desde que era pequeña. Casi sin que me diera cuenta saltaba en mí un resorte que me hacía salir en defensa de fulana o zutano si percibía una agresión. No entendía, por ejemplo, porqué rondando ya la veintena a un chico de la pandilla que según cánones de belleza imperantes no era agraciado ni tampoco una “eminencia intelectual”, se le sustituyera siempre su nombre real por el apelativo de “gusano”. Unicamente por el “placer” de reírse de alguien, de detentar el poder, de tener un chivo expiatorio que aliviase la “miseria” que en mayor o menor medida se porta; “miseria” a trascender... o no. Como es de recibo... más de una vez no salí bien parada, que la vocación de Super es muy arriesgada, sacrificada y solitaria, ¡ains!....



En lo que a mí concierne intento no añadir más leña al fuego y salvo que esté más quemada que la pipa de un indio (y hace falta bastaaaaaaaante para que así sea), no respondo con violencia a la violencia; ni en formas ni en fondo aunque en determinados momentos deba ser contundente. Lo intento y... sé que lo consigo. Ni siquiera en mi faceta de... ¡Superleve en acción! recurro al “ojo por ojo y diente por diente”, por aquello de que, si se continúa ese reguero de pólvora, el mundo además de tuerto acabará mellado para después... ¡PUM!... explotar. Y a veces esa actitud me hace pagar un precio personal. Porque también yo siento ira frente a la injusticia, a los abusos... y me dan ganas en ocasiones de responder agrediendo... percibiendo incluso cómo comienza a brotar en mi esternón una fuerza poderosa, altamente nociva... sólo que venzo sin gran dificultad ese impulso primitivo. Esa, mi parte animal escrita con tinta indeleble en la cuartilla de mis genes es la que se manifiesta en el instante. Y lo hace con intensidad.

Descubro que la violencia para mí es lo que la kryptonita para Superman. Si a él le debilita físicamente, a mí me roba "las ganas"... disminuye mi fe en que “otro mundo es posible”. No creo que en su origen sea una idea ingenua, pero temporalmente sí resulta agotador trabajar para que del mero concepto avance a la fase de realidad. Y es que en las últimas semanas he comprobado como alguien de mi entorno desea hacer daño a un inocente. Es decir... no se trata de un “incapaz”... de un amoral. Sabe que hace lo que hace... aplicando intención y energía a ello. A herir. ¿Cómo es posible que en... “gente buena” eso suceda? Es algo que ni los megapoderes de ¡Superleve en acción! pueden evitar porque si las aceptamos... ciertas cosas son como son. Y si no las aceptamos... ciertas cosas son como son. Igual que ciertas personas que, desde mi perspectiva, no merecen tal calificativo. Ese “afán”, ruin por lo demás, me provoca tristeza... honda; incluso dolor. Y me entristece más si cabe no por el daño individual que logre, sino por ese que a la postre padece el... “inconsciente colectivo”... la gran alma que se forma con todas las almas del mundo.


Escribió Neruda que a veces se cansaba de ser hombre y podría decirse que en las últimas semanas lo rubrico; en mi versión de mujer claro :-). Pero por suerte la radiación de la kryptonita, como cualquier otra, se anula ante algo de plomo. Mi leveplomo consiste en el reposo de la guerrera, en retomar fuerzas esperando que los gestos de los justos anónimos afloren, como esas briznas de hierba que luchan por salir a través del asfalto y que son casi invisibles. La vida... siempre clamando por latir, incluso en las peores circunstancias.

En el mar de dudas y tempestades que a veces supone vivir, de algo sí estoy completamente segura: la paz de todos empieza en uno mismo... y viceversa.
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“La inteligencia inventa muchas cosas, resuelve muchos problemas, pero su creación más altanera es la invención de modos nobles de vida. Su meta es hacernos pasar de animales listos a ser animales dotados de dignidad. Estamos redefiniéndonos como especie.

Esta suprema inteligencia no es teórica, sino práctica. No culmina en el conocimiento, sino en la acción. (...) Al fin he llegado a la conclusión de que el logro máximo de la inteligencia es la ética y su realización práctica, que es la bondad. Ya sé que esto suena a ingenuo, pero todo lo que he escrito pretende demostrar científicamente que esa idea encierra la suprema sabiduría. Es decir, nuestra salvación”.

(José Antonio Marina)

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Posdata. ¡Ops!... como de costumbre Doña Coti haciendo de las suyas vía azucarillo que me tocó ayer en la cafetería. Pa’ que luego se diga que no existe la magia-potagia...
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miércoles, 7 de abril de 2010

Erase un malo con asma...

y criaturillas varias...



Y una posdata azucarera:
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lunes, 5 de abril de 2010

Guiños de la Doña por excelencia

Rafa es, posiblemente, el camarero más eficiente en el ejercicio de su profesión con el que me he topado. Y si no el que más... encabeza la lista. Como consecuencia de ello, en años que llevo yendo a su cafetería no recuerdo habérselo tenido que pedir, ya que es un gesto automático de su parte cuando te sirve el té, café... pero siempre hay una primera vez para todo:

- Leve.¿Me pones un vaso de agua, por favor?
- Rafa. Ahora mismo.

Al acabar de decirlo he alzado la vista hacia la televisión, la cual justo en ese instante ha abierto su propio grifo fluyendo el H2O tal que así...


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Y claro... además de bebérmela enterita, he tenido que sonreír. Aunque previamente ya lo había hecho porque... ¡los azucarillos sabios han regresado!
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¡Cómo es de juguetona Doña Coti!... y haciendo doblete hoy, a base de agua y azucarillos (nos ha faltado el aguardiente para convertirnos en zarzuela, je). ¿O será "triplete" por aquello de que el mensaje del envoltorio es de esos de... "ni a posta"? :-)
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sábado, 3 de abril de 2010

Anotando... notas

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"El pájaro no canta porque está feliz...

sino que está feliz porque canta"
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(William James)

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