domingo, 14 de abril de 2013

Recuerdo a un gran humanista

Hace un par de años dijo en una entrevista: “Mi ambición es morir como un río, ya noto la sal. Piense en lo bonito de esa muerte. El río es agua dulce y ve que cambia. Pero lo acepta y muere feliz porque cuando se da cuenta ya es mar”. Y José Luis Sampedro es, desde hace unos días, océano...



También yo me niego, maestro :-)


7 comentarios:

  1. Uno, se siente feliz de conocer en vida a personas como José Luís Sampedro...
    Pensar por uno mismo... que importante es esa afirmación y que obviedad, pero aun así que fuerza tiene la "educación" para que no se piense... como se ha conseguido instaurar la manipulación y la mentira como una "normalidad" que no solo se utiliza desde arriba, sino en la vida cotidiana de muchos individuos.
    Las personas que piensan dan miedo a una sociedad de pensamiento plano, pero... cuando se piensa, ya no hay remedio, ya nadie puede pensar por ti. Tienes la libertad con mayúsculas... esa que ya nadie te puede quitar.

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    1. Sí Sangón... pensar, para ser algo más que buenos consumidores y mejores productores, como cuenta aquí Sampedro.

      En efecto el que piensa resulta incómodo... como también cuenta Susana Rinaldi en esta carta que lee a Julio Cortázar, en la que a partir del minuto 7:22 dice... ”... hay que morirse para que te perdonen la vida, porque si estás vivo molestás... pensás... tenés ideas... sos un testigo... opinás... te indignás... Es embromado esto, es triste, es muy injusto...”.

      Y sin embargo felices por conocerle... y por el legado que deja para generaciones presentes y futuras :-)

      Pd. Quizás te interese leer parte de lo que escribió para el libro “Reacciona”.

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  2. Vi hace unos días en Sálvame una entrevista reciente que le hizo Évole, y me sorprendió lo lúcido y lo sano que se le veía con la edad que tenía. La muerte de personas que han tenido una vida tan larga y tan plena no me despierta un sentimiento de pena, al contrario, más bien me alegro de que hayan tenido una vida tan provechosa.

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    1. Víctor... en esta entrada no hay pena sino alegría por haberle conocido, respeto en cantidades industriales y, sobre todo, agradecimiento personal a la existencia de hombres como Sampedro :-)

      Y sí... le tocaba ya al hombre descansar, que la muerte, a fin de cuentas, es eso, descanso.

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    2. ¡¿Sálvame?!... Ay madre qué cosas me ves en la televisión :-P

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  3. ¡Salvados!, en qué estaría yo pensando.. :-D

    El Sálvame sólo lo veo en los zapping. Ya sé que todo el mundo dice lo mismo, jajaja, pero en mi caso lo tengo chungo para verlo porque no estoy en casa cuando lo echan.

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    1. Bueno, bueno... en tiempos actuales basta un teléfono móvil, o una tablet (portátiles ellos), o cualquier pc de sobremesa (mismamente el del lugar del trabajo, de haberlo y de querer-poder no trabajar en algún instante) pa' ver la televisión :P

      Bromas aparte... yo sí he visto, a conciencia, con toda la intención del mundo mundial, algún rato relativamente extenso, en diferentes días, ese Cóndename (erraron en el nombre) de Telecirco por aquello de juzgar con conocimiento de causa. ¿Conclusión? Si un programa en el que, reiteradamente, se grita (y se grita más, ¡ay que no puedo con los gritos ni con el ruido-ruido!), y se regrita... hasta el infinito y más allá, preferentemente todos los colaboradores presentes a la par), centra sus contenidos en sacar miserias ajenas, propias... y/o en inventarlas, incluidas las de gentecilla difunta años o añísimos ha, resulta que es el que más audiencia tiene pues... ejem, ejem, igual un sociólogo tendría algo que decir al respecto. C’est la vie!

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