domingo, 7 de julio de 2013

Querido... querido

Querido Cristóbal... menudo mes hemos pasado. No imaginábamos que un día habría que improvisar un quirófano de urgencia en  la mansión de la familia Adams. El compañero José Mª (mi héroe en adelante) como cirujano jefe... Andrés como enfermero de quirófano... y mi menda enfermera de la Unidad de Cuidados Intensivos, además de terapeuta emocional-ocupacional. Todo un equipo interdisciplinar colaborando activamente.

La intervención... un éxito, al punto de que pese a tu debilidad postoperatoria un par de días después logras comer algo. Sin embargo... de nuevo debilidad en demasía, casi no puedes abrir los ojos, la fiebre no baja con el antibiótico... ¡Ops... esto no pinta bien! Mi héroe (el cirujano jefe), en una exploración general, te descubre nuevos abscesos y dado que es viernes, ante tu deteriorado estado, decide llevarte el fin de semana a la clínica de un colega para intervenirte por segunda vez, en un quirófano como San Antón manda. ¡¡¡Oh dioses del Olimpo quizás no te volvamos a ver!!!


Ex-Andreito, en la U.C.I, tras la primera operación

Regreso al trabajo el martes y no el lunes... et voilà!: ¡Mis oraciones han sido escuchadas y la Moira Átropos aún no ha cortado tu hilo vital!

Tras lo sucedido, confío en que comprendas, querido, porqué de un tiempo a esta parte no puedo llamarte Andreito... ni Garabato... sino que sólo me sale Cristóbal. Y es que... ¡estás hecho un Cristo!...



Cristobal después de la segunda intervención (cuidándose mucho Leve de mostrar imágenes en las que las se aprecien las heridas que, valga la redundancia, herirán, con seguridad, la sensibilidad (física y emocional) del lector)

¿Qué has aprendido de esta experiencia? Ahora ya sabes qué ocurre cuando un gato joven (y bueno de más) pretende beneficiarse a la gachí de los machos dominantes de Mordor, y alrededores, y el/los susodichos te pegan zarpazos que pa’ qué en la cara (o donde pillen) que se te infectan lo más grande y si por poco te da una septicemia que te lleva al otro barrio. Y es que, querido aspirante a infiel, ¡¿PA’ QUÉ BUSCAR FRUTA FUERA TENIENDO A LA FRUTERA EN CASA?! ¡¿Eh, eh, eeeeeeehhh?! :-D

¿Qué he aprendido yo? Hasta los animalillos, cuando están enfermos y al margen del correspondiente tratamiento que precisen, esencialmente necesitan dosis ingentes de cariño... ¡Que no se diga que el amor no es medicina!

Tuya siempre... Leve :-D


Pd. Bien pensado... va a dar igual tu capacidad como alumno porque lo has aprendido sí o sí. De hecho... en realidad debería llamarte en lo sucesivo il castrati. Te haría justicia :-D

Pd. 2. Vamos... lo que se viene diciendo un 2x1. O mismamente, entre usted en el quirófano pa’ una intervención y gratis, llévese otra más.

Pd. 3. Y Blanca, la madre biológica de Andreíto, ejem Cristobal... ¡¡¡otra vez preñada!!! Que digo preñada... ¡preñadísima! La ligereza de cascos sin control anticonceptivo... es lo que tiene.

Pd. 4. Mañana pruebo a que me des un “miau” en La debajo de Do medio a Re tres octavas por encima de Do medio... que igual hemos ganado un soprano y de aquí a nada nos deleitas con una tonadita por Corelli, o Bach, o Mozart... porque por Los Chichos no, claro :-DD

Pd. 5. Acabo de tener una iluminación: “Gitano” también es un nombre superguaydelParaguay para un gato. Tres cuartos de lo mismo sucede con “Ernesto”, que ya sabemos la importancia de llamarse tal que así, y si no que se lo digan a Oscar Wilde :-)