martes, 17 de diciembre de 2013

Viernes 13: una película de terror

Y como ya sabemos, la realidad supera ampliamente a la ficción.

¿Recuerda el respetable la mansión de la familia Adams? (pinchar aquí si se desea refrescar la memoria). Pues, voilà!... 
 

La Inspección de Trabajo ha ordenado "la paralización inmediata de la actividad" (y consiguiente-consecuente cierre de las instalaciones) "ante las graves deficiencias estructurales del edificio que implican un riesgo grave e inminente para la seguridad de los trabajadores"... ¡chan-ta-taaa-chaaaaannnn!

¿Qué decía el tango... que veinte años no son nada? He aquí veintidos de levetrabajo embolsados en menos de una hora, que era lo que restaba a la jornada tras recibir el comunicado de la autoridad laboral. De manera que como el conejo blanco de mi cuento... ¡corre-corre-corre que no da tiempo!...

Ejem... en realidad veintidós años, cuatro meses y trece días

Como no podía ser menos... el día de autos, viernes 13 recordemos, ley de Murphy cumpliéndose a tutiplén. ¡Que si hay que irse, se va uno a lo grande... faltaría! :-D

Y como dicen que hay señales por doquier si uno está atento... ¿ven lo que asoma en mi laborlevequipaje?...


Ya lo dice el refranero popular: "Al mal tiempo, buena cara", "No hay mal que por bien no venga", "A su tiempo maduran las brevas"... y, por supuesto, "¡Qué dios nos pille confesaos'!"... aunque este último más que refrán es un levelatiguillo. Pues eso... y que, además de pillarnos de tal guisa, nos libre de gerifaltes (por los siglos de los siglos, amén) que no deciden lo que han de decidir, ni cuando lo han de decidir, ni como lo han de decidir... ¡ay Señor! 

Pd. Y que les sugiero lleven siempre en el maletero del coche una bolsa del Carrefú... son de un práctico que pa' qué, oigan :-) 


martes, 12 de noviembre de 2013

Levepaseo

Más y más años transcurridos desde que no lo hacía, pero hoy he vuelto a pasar por “el parque”. O a pasear, siendo exacta. Sí… “el parque”. Poco importa que tuviera un nombre: “Nicolás Salmerón”. Cuando era pequeña, era el único parque de mi ciudad y por ser el único, de uno, es que era “el parque”. Allí nos congregábamos gran parte de los niños de la ciudad, formando largas colas para montarnos en los escasos columpios, cuando opciones y economía de la mayoría de familias fundamentalmente permitían hacer eso: ir al parque el domingo por la mañana. 

El quiosco donde vendían chucherías y palomitas ya no está, pero sí los ficus longevos… allí continúan, regalando su sombra y frescor a cambio de nada… 

 (Las raíces de un árbol son ramas bajo tierra,  las ramas,  raíces en el aire. "Tagore")

También mis hermanos,  los delfines, aún sonríen contentos en sus piruetas acuáticas… 


El remero sigue moviendo sus brazos en busca de un horizonte… 


Todavía las palmeras se estiran hacia el cielo exóticas… perfilando la extensión del parque lateralmente… Aquel espacio que antaño me parecía extraordinariamente amplio es ahora tan, pero tan chiquito… Quizás es que cuando una es pequeña lo ve todo grande. O tal vez suceda que cuando una es grande lo ve todo tan pequeño… 

En ese trayecto en el que pasado y presente se entrelazaban, en una jornada laboral vacía de gente en aquel lugar, me sonreía el corazón, esponjadito, pero también me lloraba a partes iguales. No recuerdo haber tenido semejante sentimiento simultáneo con tanta intensidad. Entonces una pregunta ha surgido desde lo más abisal: "¿Dónde estará aquella pequeña Alicia… dónde?"... Me he asomado a mis leveinteriores... con ahínco me he vuelto a asomar... y no la he encontrado.

¡Anda, pero si está aquí!... 


 ¡Y aquí!... 


Y he entendido porqué la gente se fotografía. No para saber en qué lugares se estuvo. Nos hacemos fotografías para recordar… quienes un día fuimos... y quién sabe si para poder a volver a ser lo que las imágenes muestran. O, siquiera,  aferrarnos a esa esperanza... aunque sólo sea una pizca... una micra.... un quark.  Inocencia querida, te he perdido… ¡¿cuándo, cuándo me serás devuelta?!...


:-)

domingo, 6 de octubre de 2013

Levenómada del viento

La historia de las aves migratorias es la historia de una promesa... la promesa del retorno. Si hacen travesías, a menudo de miles de kilómetros y sembradas de peligros, si alcanzan las cumbres más altas, los enormes océanos, los inhóspitos desiertos, si se enfrentan a la intemperie, es para responder a una misma necesidad: sobrevivir...



Hola chic@s :-)

Pd. ¿Se ven los subtítulos en el vídeo?

domingo, 4 de agosto de 2013

Ejem, ejem...

El 4 de agosto es el ducentésimo decimosexto día del año en el calendario gregoriano y el ducentésimo decimoséptimo en los años bisiestos.

Aparte del día en que nací hace taytanto tiempo, claro...


¡Ah!... y que quedan 149 días para finalizar el año :-)

domingo, 7 de julio de 2013

Querido... querido

Querido Cristóbal... menudo mes hemos pasado. No imaginábamos que un día habría que improvisar un quirófano de urgencia en  la mansión de la familia Adams. El compañero José Mª (mi héroe en adelante) como cirujano jefe... Andrés como enfermero de quirófano... y mi menda enfermera de la Unidad de Cuidados Intensivos, además de terapeuta emocional-ocupacional. Todo un equipo interdisciplinar colaborando activamente.

La intervención... un éxito, al punto de que pese a tu debilidad postoperatoria un par de días después logras comer algo. Sin embargo... de nuevo debilidad en demasía, casi no puedes abrir los ojos, la fiebre no baja con el antibiótico... ¡Ops... esto no pinta bien! Mi héroe (el cirujano jefe), en una exploración general, te descubre nuevos abscesos y dado que es viernes, ante tu deteriorado estado, decide llevarte el fin de semana a la clínica de un colega para intervenirte por segunda vez, en un quirófano como San Antón manda. ¡¡¡Oh dioses del Olimpo quizás no te volvamos a ver!!!


Ex-Andreito, en la U.C.I, tras la primera operación

Regreso al trabajo el martes y no el lunes... et voilà!: ¡Mis oraciones han sido escuchadas y la Moira Átropos aún no ha cortado tu hilo vital!

Tras lo sucedido, confío en que comprendas, querido, porqué de un tiempo a esta parte no puedo llamarte Andreito... ni Garabato... sino que sólo me sale Cristóbal. Y es que... ¡estás hecho un Cristo!...



Cristobal después de la segunda intervención (cuidándose mucho Leve de mostrar imágenes en las que las se aprecien las heridas que, valga la redundancia, herirán, con seguridad, la sensibilidad (física y emocional) del lector)

¿Qué has aprendido de esta experiencia? Ahora ya sabes qué ocurre cuando un gato joven (y bueno de más) pretende beneficiarse a la gachí de los machos dominantes de Mordor, y alrededores, y el/los susodichos te pegan zarpazos que pa’ qué en la cara (o donde pillen) que se te infectan lo más grande y si por poco te da una septicemia que te lleva al otro barrio. Y es que, querido aspirante a infiel, ¡¿PA’ QUÉ BUSCAR FRUTA FUERA TENIENDO A LA FRUTERA EN CASA?! ¡¿Eh, eh, eeeeeeehhh?! :-D

¿Qué he aprendido yo? Hasta los animalillos, cuando están enfermos y al margen del correspondiente tratamiento que precisen, esencialmente necesitan dosis ingentes de cariño... ¡Que no se diga que el amor no es medicina!

Tuya siempre... Leve :-D


Pd. Bien pensado... va a dar igual tu capacidad como alumno porque lo has aprendido sí o sí. De hecho... en realidad debería llamarte en lo sucesivo il castrati. Te haría justicia :-D

Pd. 2. Vamos... lo que se viene diciendo un 2x1. O mismamente, entre usted en el quirófano pa’ una intervención y gratis, llévese otra más.

Pd. 3. Y Blanca, la madre biológica de Andreíto, ejem Cristobal... ¡¡¡otra vez preñada!!! Que digo preñada... ¡preñadísima! La ligereza de cascos sin control anticonceptivo... es lo que tiene.

Pd. 4. Mañana pruebo a que me des un “miau” en La debajo de Do medio a Re tres octavas por encima de Do medio... que igual hemos ganado un soprano y de aquí a nada nos deleitas con una tonadita por Corelli, o Bach, o Mozart... porque por Los Chichos no, claro :-DD

Pd. 5. Acabo de tener una iluminación: “Gitano” también es un nombre superguaydelParaguay para un gato. Tres cuartos de lo mismo sucede con “Ernesto”, que ya sabemos la importancia de llamarse tal que así, y si no que se lo digan a Oscar Wilde :-)


domingo, 2 de junio de 2013

Esos locos bajitos... y algo más

No soy madre pero... cuando voy a cruzar una calle... y el semáforo para peatones está rojo... y al otro lado hay niños, espero. Espero a que se encienda en verde el muñequito. Aunque no venga ningún vehículo... aunque algunos padres que van con esos pequeños tiren acelerados de sus manos para cruzar, espero...



Y aún hay quien me pregunta porqué lo hago.


domingo, 26 de mayo de 2013

Flor de un día

Siempre he creído que todo ser, todo lugar... tiene belleza, aunque a priori no lo parezca. Como muestra un botón. Bueno, botón, lo que se dice botón... Llegas una mañana a Mordor y ¡plof!, por sorpresa te encuentras esto...


Hermosos pompones naturales de unos 18 centímetros de diámetro que te... me hacen pensar: “Sí que debe haber un dios, perfecto ingeniero de tantas maravillas...”.  Con ayuda directa en la ejecución de las obras de mi prima Vera por cierto, que se doctoró summa cum laude en Ingeniería de Caminos, Puertos y Montes...



Claro que han sido, exactamente, flores de un día. 24 horas de vida han tenido literalmente...

Dicen, comentan, rumorean... que igual sucede con la felicidad. Que apenas dura un instante, que su fugacidad es lo que realmente la caracteriza. Entonces... quizás suceda que la felicidad es eso, una flor... una flor de un día :-)

Como despedida un poco de música 100% horterilla, que hoy pega una barbaridad...




Pd. En ocasiones veo... cosas. Y aquí veo una cara...


¿Qué no? Sus ojos abiertos como platos, su boquita de gesto sorprendido (porque la pillé in fraganti, obvio)... Eso sí, es un rostro con nariz de amplio espectro :-D


domingo, 12 de mayo de 2013

Sayonara... baby

El que dobló a Roy en una de las memorables escenas del séptimo arte...



y a Mufasa, y a Clint Eastwood, y a Terminator, y a James Bond, y al sargento instructor Emil Foley, y a Darth Vader...  y nos enseñó que el tiempo es oro, apagó su voz. ¡Y qué voz madre!... y qué talento.

Gracias, Constantino Romero :-)


sábado, 27 de abril de 2013

Ja, ja, ja, ja, ja, ja...

"Nos pasamos media vida tratando de tomar en serio nuestro papel en el mundo y, otra media, tratando de aligerar el peso que tuvimos que cargar para salir adelante. Media vida poniendo un rostro grave para que nos tomen en serio y, otra media, tratando de reírnos un poco de nosotros mismos mientras compartimos el “tinglado” de la doble moral y las corrupciones silenciosas. Un espacio lúdico y patético en el que todos “están en el ajo”, incluida la propia persona.

Madurar es un objetivo que promete serenidad y disminución del sufrimiento existencial. De hecho, el proceso de maduración conlleva una permanente reducción de la importancia personal y de la importancia que a su vez, parecen tener las cosas. Conforme uno crece y se desarrolla, vive la cara y la cruz de la moneda de casi todas las situaciones de la vida. Y dicha toma de consciencia, de pronto, crea la liberación de ese miedo sutil que inspiraba la solemne dramatización del camino de ida.

El hecho de reconocer que hemos cometido todos los pecados que un día atrás llegamos a condenar, disuelve la circunspección con la que se adornan los asustados púberes que todavía creen en lo que opinan. El sentido del humor merece una alabanza que como signo de flexibilidad, pone en “tela de juicio” las verdades que encorsetan a este mundo de ambición uniformada y clones de éxito oficial.

¿Qué puede uno hacer para reírse un poco más de sí mismo?

En principio, no reñir a las partes de nosotros que no “dan la talla” y, seguidamente, proclamar nuestras debilidades y carencias, justo en el momento en que aparecen por la puerta de nuestra consciencia. Una vez reconocidas, conviene dejar el camino de la culpa y la exigencia, y cruzar por el que dice: “Reírse rápido de nuestra limitación y torpeza, antes de que se olvide y desparezca”.

Si aún así, a usted le cuesta, ríase de su seriedad, tal vez de sus kilos de más y de su importancia personal. Ríase del miedo al fracaso, del temor al engaño y del fantasma de la soledad. Ríase de su intestino, de sus comilonas y de sus adicciones varias. Ríase de su inseguridad, de sus lágrimas en el cine y de sus anhelos de pareja perfecta. Ríase de su vergüenza, del ridículo que un día hizo y de sus exageraciones patológicas. Ríase de su incertidumbre y de su ansiedad soterrada. Ríase de su cuerpo, de sus enfermedades y de la sutil decadencia. Ríase de su orgullo, de sus envidias y de su impaciencia. Ríase de su anhelos espirituales, de sus fantasías y de sus ansias varias. Ríase de sus dolores, de sus lágrimas y de sus miedos a empezar una vez tras otra..

Ríase de su insolencia, de sus fallos y de la puntual estrechez de su consciencia. Ríase de sus bajones, de su cólera y de sus carencias. Ríase del flujo de sus dineros, de sus pasiones y de sus emociones extremas. Ríase de los momentos opacos, de sus ciclos bajos y de las noches oscuras del alma. Ríase de su incomodidad ante las críticas, de su perfeccionismo y de la densidad de su cólera. Ríase de la enfermedad y del miedo a una muerte sin vuelta. Ríase de no haber hecho lo que quería, de no haberse enamorado más de la vida y de haber perdido el profundo sabor de la Presencia.

Ríase de los momentos miserables en los que siente perdido el noble rostro de su alma."
 
(José Doria)
 
A sus órdenes :-)
 
   

domingo, 21 de abril de 2013

Levetiempo de niebla

Conduciendo hacia mi lugar de trabajo, de repente me envolvió un manto de niebla. Apenas duró unos minutos, pero ese fenómeno tiene, para mí, la facultad de parar el tiempo... e incluso el espacio se modifica, como si permutase a vacío absoluto aunque contenga materia. Todo se ralentiza quedando casi petrificado y hasta el propio pensamiento se detiene. Doña Niebla... al más puro estilo Rey Midas, sólo que trocando en quietud plena  en vez de en oro aquello que toca.

También súbitamente... ¡plof!... esa nube densa desapareció, tal que si se tratase de una pompa de jabón que en su interior brevemente albergó a los conductores que por allí rodábamos... como si la curvatura de su propia esfera hubiese sido la carretera. Entonces... una se pregunta si en realidad  fue cierto, o si estuvo soñando que viajó dentro de una burbuja, en un tiempo detenido...


Pd. Existe una cosa muy misteriosa, pero muy cotidiana. Todo el mundo participa de ella, todo el mundo la conoce, pero muy pocos se paran a pensar en ella. Casi todos se limitan a tomarla como viene, sin hacer preguntas. Esta cosa es el tiempo (“Momo”, Michael Ende).


domingo, 14 de abril de 2013

Recuerdo a un gran humanista

Hace un par de años dijo en una entrevista: “Mi ambición es morir como un río, ya noto la sal. Piense en lo bonito de esa muerte. El río es agua dulce y ve que cambia. Pero lo acepta y muere feliz porque cuando se da cuenta ya es mar”. Y José Luis Sampedro es, desde hace unos días, océano...



También yo me niego, maestro :-)


domingo, 24 de marzo de 2013

Ayer... hoy... y ¡tra-la-rá! (o encuentre las siete diferencias)

¡Qué suerte trabajar en un castillo con frondosos jardines donde ocurren tan fabulosas aventuras!... comentaba un lector en la entrada anterior.

Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid y dicha referencia a mi buenaventura por trabajar en el castillo de la familia Adams, hoy vamos a regresar a Mordor, lugar donde se encuentra el susodicho.

Y heme aquí, sentada y, a diferencia de como suele ocurrir, con los dedos anudados invisiblemente porque, desde hace ya bastantes días (disculpe el respetable mis no señales de vida), no acierto a encontrar el modo más adecuado de contar... lo que quiero contar. Inicialmente pensé que podría enfocarlo con una especie de homenaje al juego  “encuentre las 7 diferencias” (entre ayer y hoy). Pero no, porque en realidad se trata de una excursión en toda regla que me invita incluso a cantar aquella tonadita a la que, siendo escolares, nos entregábamos con fervor mientras íbamos en los autobuses rumbo a la aventura de otro destino que no fuera el propio colegio... "ahora queeee vamoooosss despaaacio, ahora queeeee vamoosss despacio, vamos a contar mentiras, ¡tra-la-rá!, vamos a contar mentiras, ¡tra-la-rá!...", sólo que readaptando la letra a la actualidad y dejándola tal que así: "Vamos a contar verdades, ¡tra-la-rá!, vamos a contar verdades ¡tra-la-rá!, vamooosss aaaaaaa contaaaaaarrrrr  verdadeeeess ¡chin pon!".


Aunque... para qué contar, si una imagen vale más que mil palabras...

Antes de continuar, previamente recomiendo viajar al pasado y comprobar cómo era el castillo hace dos años haciendo clic aquí.  Sí, me consta que significa un esfuerzo extra y emplear más tiempo en el levepaís, pero creo que quien tenga interés comprenderá más... lo que hay que comprender si retrocede a 2010.

(Tic-tac-tic-tac-tic-tac... o pausa para que el respetable se monte en el artilugio de Herbert George Wells (mismamente conocido como máquina del tiempo) y tenga una visión global del... asunto)

¿Qué... cómo ha ido el viaje?... ¿Algo de mareo?... ¿Con necesidad de tomar aire fresco quizás? No problem!... por ahí comenzamos el itinerario, por un vergel oxigenado... por los frondosos jardines del edén... por un parque botánico sin parangón... por el Central park español... digo por la selva tropical de la tierra del mal...


Prueba fehaciente de que el refranero popular no se equivoca cuando dice: “Mala hierba nunca muere”...

¿Dónde habrá ido a parar el antaño (antañísimo) césped? No sabe, no contesta.

Con incendio incorporado a mano izquierda, originado en un contenedor de fuera, al parecer intencionado, con alevosía nocturna, anónima y se supone que vandálica ¡glubs!...


Lo peor no es que hace algo más de una década se malgastaran millones de las antiguas pesetas en un proyecto arquitectónico para la construcción de un nuevo castillo, con presupuesto en efectivo adjudicado para ejecución de obra, que nunca se llevó a cabo por luchas de poder entre las diferentes Administraciones (local en manos de unos de los que conforman el eterno bipartidismo, autonómica en las de los otros). Es decir... dinero público tirado al desagüe de la nada.

Lo peor no es que hace unos cinco años se volviera a realizar otro proyecto, en aquel momento de rehabilitación profunda del edificio, que acabó en más de lo mismo: la nada.

Lo peor no es que a unos y otros gobernantes les importase un bledo el sector al que se destina la actividad del centro, los ciudadanos,  los propios empleados (salud incluida y riesgos soportados)...  En cambio sus egos, intereses particulares y ombligos... esos sí tienen relevancia.  "Tienen", presente de indicativo... a nivel nacional-mundial, como estamos hartos y rehartos de comprobar...

Encuentre las siete diferencias

Lo peor no es que, en los últimos meses, hayan pasado por el castillo comisiones técnicas varias y hayan emitido informes que ponen el vellito como escarpias respecto al estado del mismo, e incluso mencionado las posibles consecuencias negativas para los trabajadores a largo plazo por pasar tantas horas... tantos años...  en semejantes condiciones...

Prendamos la luz para acceder al interior. Obsérvese cómo Doña Humedad abraza a Doña Electricidad... ¡maravilloso tándem! :-D

Lo peor no es haber tenido que buscar a unos albañiles (a los cuales hay que pagar) para que destrocen aún más el edificio, con el fin de evitar que los males sean mayores... y alguien acabe ciego, o descalabrado... o cortado... o degollado... o cualquier cosa acabada en –ado que no sea buena...

Justo debajo, las féminas realizan evacuaciones propias del ser humano, fisiológicamente hablando


Justo debajo, se friega el material de trabajo


Justo debajo, los cafeteros dejan listas sus tacitas para la próxima dosis


Justo... digo, encuentre las siete diferencias

Lo peor, después de ejemplos como este gracias a la aptitud y actitud de gran parte de nuestros mandatarios,  no es tener que seguir escuchando el mantra que pretenden tatuarnos a fuego: “(los ciudadanos) Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades” (nota mental: ¡¡¡aaaayanseustedesatomarpordondeamarganlospepinoshombreyaaaaa!!!... o versión acrónima economizadora:  ¡¡¡Andad  A.T.P.C!!!

Lo peor no es que las autoridades obligan a colgar el siguiente cartelito en la fachada:


Las Inversiones realizadas en... ¡¡¿¿ lo qué ??!!

Vamos 30 segundos  a publicidad...

¿Necesita usted una secadora?...  ¡No dude que "Miele" es su marca! Después de 21 años de uso continuado, la primera y única avería que tendrá, tras dos décadas y no antes, será el botón de conexión de la susodicha, ¡100% garantizado! Y con un McGyver próximo  y una capucha de bolígrafo... ¡reparación inmediata y gratuita!... ¿Se puede pedir más?...

Doña Seca diciéndose a sí misma: Obsolescencias programadas a mí... ¡bah!


Lo peor no es que con tal muestra de cachondeo (entre tropemiles nacionales-europeas-mundiales) no quede otra que, definitivamente, asumir que nos consideran idiotas... rematadamente idiotas (nota mental: una prueba reciente de ello...

)

Lo peor, lo peor es que... ¡uy... vaya!, se me vuelve a activar poderosamente la peristalsis abdominal. Con permiso, voy urgente al blogbaño que ya, si eso, les cuento lo peor  de lo peor próximamente...

¡¿Para cuándo guillotinas en las plazas?!

¡Ah!... y que si no vuelvo... igual es que se me cayó un techo encima... o una puerta... o una persiana...   :-D

Pd. Y que no... que al margen de que lleve en el castillo casi 22 años, no parezco (aún) Morticia Adams pues (todavía) luzco tez rosadita en las mejillas... aunque he estado un mes resfriada (¡un mes!) y con los dedos cruzados rogando que no se conviertiera en bronquitis tal como sucedió el año anterior, y el anterior al anterior... ¡ains! Parece que ha habido suerte este viaje. Me tomen mucha miel y propóleo, damas y caballeros, que van muy bien para la cosa inmunitaria...



Pd.2. Lo mejor, entre tanto peor, es que a mi prima Vera no le da miedo regresar a Mordor. Un día no estaba y al siguiente, ¡plof!, apareció por sorpresa... desparramándose por doquier, explosionando con toda su artillería la muy  bandida... ¡más bonita ella!...


Primer plano de mi prima Vera :-)


jueves, 14 de febrero de 2013

Carta a un ¿conocido?

Quizás porque hacía tiempo que no ocurría como cotidianeidad en mi existencia, me acostumbré pronto a recibir tu tierno saludo cada mañana. Siempre eras el primero. El primero que, además, ha ido inaugurando el hecho de que cada nuevo día se transforme en una certeza para la alegría. Casi había olvidado ese tipo de complicidad con alguien del sexo opuesto, pero tú de nuevo la trajiste a mi vida.

Apareciste por sorpresa, con esa mirada tan pura, tan limpia que... si sólo se enfocase la atención visual en tus ojos, se te podría confundir con un adolescente. Al principio te mostraste algo distante... me costó llegar a ti, pero tampoco yo te lo puse fácil. Hablábamos sin llegar a entendernos... empleando cada cual su propio idioma; sin dar el brazo a torcer en pos de la comunicación que parecía resistírsenos. Y poco a poco nos aproximamos... sin querer queriendo, hasta que se desmoronó ese muro pétreo que nos separaba, y el miedo, el tuyo y el mío, cayó por tierra.

Llegaron los susurros... y el tacto. La primera vez que me rozaste mi cuerpo vibró. La primera vez que te acaricié... tu piel se erizó; lo percibí instantáneamente. Inevitable atracción. De repente... conjugar en plural, no en singular. Nosotros.

Lo nuestro iba tan bien... pero tan bien... y sin embargo...


Tal y como se iba desarrollando la relación creía que encajábamos, que estábamos construyendo algo... algo verdadero y hermoso. Me equivoqué. El lunes pasado no diste señales de vida. Ni el martes. Ni el miércoles. Ni el jueves. Ni el viernes. Ni el sábado. Ni el domingo. Ni el nuevo lunes. Ni el nuevo martes. Ni el nuevo miércoles... ¡Desaparecido! Te llamé una y otra vez pero tu respuesta fue el silencio absoluto. Temí lo peor: ¡Algo terrible te debió ocurrir!

Primera posibilidad: ¡Te atropelló un coche! Segunda: ¡Una pandilla de atracadores de bancos te tomó como rehén. Perseguidos por la policía lograsteis escapar, pero provocaste un accidente. Cuando recuperaste el conocimiento, no recordabas nada. Un ex convicto que pasaba por allí te recogió en auto stop y, tomándote por un fugitivo, te escondió en un contenedor destinado a Estambul. Allí te topaste con un grupo talibán afgano que te propuso acompañarte para volar unas cabezas de misiles soviéticos, pero vuestro camión chocó con una mina en la frontera del Tayiikistán. Sólo sobreviviste tú y acogido en una aldea de montañeses te convertiste en militante muyahidín!... No, las malas noticias corren como la pólvora y me hubieran explotado en la cara. Pregunté a tu madre y no supo, o no quiso, decirme de ti. De modo que tercera posibilidad y la repeor: ¡Estás con otra y has decidido romper lo nuestro por lo (in)sano! Y yo, que de celosa tengo cero, me veo pensando en semejante opción como hecho real, muy real, rozando el patetismo (¡a mi edad!), sintiéndome un auténtico juguete roto. Patética y... ¡peripatética! Tiene guasa que hoy, 14 de febrero, haya descubierto la verdad.

Ahora... que ya sé que no te han secuestrado, que no agonizas en un hospital, que no estás comiendo sopa de remolacha ni llevas un tiesto horrible por sombrero en vaya usted a saber qué lugar de Asia central, que la razón de tu repentina ausencia efectivamente es que andabas en otros brazos femeninos... sólo me resta por decirte: ¿¡Cómo te has podido largar a la francesa!?... ¿¡Acaso no sabes que no quiero a mi lado a quien no desee estar!?... ¡Me has utilizado!... Disparo en pleno centro de mi pecho.... ¡baaaangggg!

¡Ah!... y también ¡¡¡traidor de la pradera (e hijo de la gran chingada)!!!, que sea la última vez que te vas de picos pardos sin avisar, ¡hombre!...


¡Digo gato!

Damas y caballeros les presento a Andreito, minino adoptado en los jardines (ejem, selva amazónica quiero decir) del castillo de la familia Adams (¿o es Mordor?), más popularmente conocido como: mi centro de trabajo.

El caso es que por más que haya estado de ligoteo por ahí... hoy ha regresado. Naturalmente con el rabo entre las piernas. ¡Qué menos! O los rabos, para ser exacta. Ejem, ejem... gata callejera versus leona (que por algo nací en agosto y gasto melena que pa’ qué)... ¡no hay color! :-D


Nota mental I: bueno... eso y que soy yo quien le echa de comer cada mañanita, nada más llegar. Y claro... ¡me quiere muuuuucho! (a ver, es gato... pero no tonto).

Nota mental II: bueno... eso y que, en paralelo, soy yo quien le da su primera dosis de cariño tempranero y zalamero (a ver, es gato... pero no tonto).

Nota mental III: bueno... es que soy la que antes aparece por allí y claro... (a ver, es gato... pero no tonto).

Nota mental IV: menuda horterada ponerle Andreito (en honor a un compañero llamado Andrés, aunque no fue él). No hay mejor nombre para un gato que Garabato. ¡Que no hay otro!... si es macho, claro. Las posibilidades aumentan en caso de hembra.

Nota mental VI: ¿Se habrá notado el guiño (guiñazo) al fabuloso mundo de Amélie? :-)...



Pd. Los padres adoptivos (Andrés et moi) estamos muy contentos porque ya pensábamos en las exequias a su memoria. Claro que en el peor de los casos... ¡le quedarían aún seis vidas! Sin embargo hay algo en lo que no estamos de acuerdo, respecto a su educación. Considero que está cogiendo peso de más. Que tenemos que incitarle al deporte e incluso ponerle a dieta porque es un tragón. Su padre, en cambio, piensa que come lo que tiene que comer. Veremos si no se transforma en este...


Pd. 2. Blanca (la acabo de bautizar, porque tal que así es su color) es la madre biológica de Andreíto y ligera de cascos que pa’ qué, aunque con la prudencia (en lo que se refiere al ser humano) desarrollada en grado hipermegasuperlativo. Un día, de hace aproximadamente un año y medio, en no sé qué parto porque lleva tropecientos,  se cobijó en los jardines, ejem... en la selva de Mordor en pleno alumbramiento y... esa es la razón de que el lindo gatito sea parte de la familia. Ella es como el Guadiana... aparece y desaparece. Ultimamente confía bastante en Andrés y en quien suscribe, permitiéndonos acercarnos a medio metro de distancia (muchos meses nos ha costado que nos dé el visto bueno pues salía por piernas, digo por patas, tal que si le hubiesen prendido un cohete en sus traseras en cuanto oteaba a persona alguna)... para echarle pienso (a ver, es gata... pero no tonta).

P.d. 3. Y no sé si están desarrollando una relación incestuosa, la verdad... tengo dudas sobre el asunto porque Andreito está en plena efervescencia sexual. De ser así va a tenerlo difícil porque... las criaturas de su linaje serían hermanos e hijos a la par. ¡Dioses del Olimpo! Qué complicado dirigirse a ellos, ¿no?... “Hijohermano mío, ven que te voy a enseñar a cazar ratones”... Claro que la prole tampoco lo tiene fácil: “Hermanopadre... ¿nos vamos esta noche a ronronear de tejado en tejado y a ligarnos a unas gachís?”...

domingo, 3 de febrero de 2013

Glub, glub, glub, glub...

Si el agua es el origen de la vida...

¿cuál es el destino del pensamiento?





jueves, 24 de enero de 2013

Levepasmarote (o recurso camaleónico de nueva generación)


(Aviso a navegantes: entrada tamaño XXXXXL)

Un estimado amigo, además de lector, díjome hace blogeones: “La gente miiiieeente”, pronunciándola exactamente así, pues une al tiempo la sorpresa... ¡y la enésima constatación!, que también el mismo amigo diría. Aunque entonces una ya portaba cierto bagaje al respecto, habiendo tenido numerosas oportunidades en las que comprobar la veracidad de su afirmación (que a día de hoy alcanza categoría de axioma), no pude por menos que darle la razón, toda la razón y nada más que la razón. Y vuelvo a dársela.

En los últimos meses me han mentido un par de amigas. En cosas nimias... digamos que para salvar el tipo frente a un comportamiento suyo no adecuado. Vale. Ellas están al tanto y retanto de lo que opino sobre el asunto.

Primera. ¿Quieres obtener algo de mí? De acuerdo, pídemelo... con franqueza, sin excusas irreales, como sabes y archisabes que me gusta (incluso necesito), y decidiré si me presto a ello, que también sabes probablemente así sea, pero, una vez obtenido lo que persigues con artimañas... y pillada in fraganti, no me cuentes cantinelas cuando te expreso que la policía no es tonta... que parvulitos quedó muy atrás.

Segunda. ¿La has pifiado y no quieres... o no puedes asumirlo? No hay problema... no es una gran pifia, es pifiílla no más. No es la primera vez, pero que no te dé vergüenza por ello... ¡somos humanos! y además tú y yo, amigas. Hablemos, entendámonos, empaticemos la una con la otra... comprendamos, o intentémoslo... que no se repita y aquí paz y después gloria.

Pero no. Mienten y entonces, como deseo entender y construir/mantener algo sólido y bello, yo he de preguntarles porqué... si no hace falta mentir, de veras que no... Y sus expresiones faciales son las de un pequeño de seis años que con trozos del jarrón en su mano dice que no ha sido él quien lo ha roto. Y, cuando lo descubro (porque ya se sabe que... se pilla antes a un mentiroso que a un cojo, hasta sin intención como es el caso), se empeñan en negar a bote pronto la evidencia. Y me sacude algo por dentro... si bien apenas un imperceptible temblor, cimbreo si acaso, desde que una se propuso (e impuso) colocarse el supermegaimpermeableantitodoloquefastidiay/opeor. Pero... en este particular sucede que quiero que la cosa quede más o menos como estaba, aplicando pegamento a las piezas del jarrón, procurando encajarlas debidamente, sólo porque median afectos y sentires, porque vale la pena y las alegrías... y acabo comprendiendo, recordándoles no obstante qué pienso al respecto. Debo añadir que no exenta de sorpresa por el hecho de que (me) mientan y también, porqué no decirlo, reconociendo(me) cierto cansancio: “Caramba... se miente como un acto reflejo... Llega de quien menos lo esperas... cuando menos lo imaginas... de modo reincidente”. Y sí, me hastía porque en efecto somos perfectamente imperfectos, pero ¡aprendamos siquiera una miaja de nuestros errores! Lo peor es que acabaré levantando un monumento a Leon Festinger y a su teoría sobre la “disonancia cognitiva”, que viene a decir que el autoengaño es el pan nuestro de cada día en el ser humano, a poco que el susodicho se descuide. ¡Ops ... que Dios nos pille confesaos'  8-S!

Las mentiras tienen las patas muy cortas... ejem, las mentiras tienen la punta mal afilada, por eso se rompen enseguida

Ahora bien, el tema cambia cuando quien miente me refanfinfla o similar. Y actualmente con novedades de adaptación camaleónica. Un compañero de trabajo recién me mintió descarada, intencionada, fea e innecesariamente. Si tuviera algún sentido, le diría: “No me sirve Doña mentira. Puedo, no obstante, tolerarla puntualmente si es inconsciente, aunque no justificarla. No me sirve quienes mienten, no... especialmente si es de todo punto evitable hacerlo. Me sirve menos la hipocresía a la que quien miente recurre a continuación, incluso sabiéndose descubierto. No. No me sirve que me busques, procurando mi conversación, porque te sabes pillado, y te comportes como si nada. Tienes diez años más que yo. ¡O sea! No puedes... ejem, no debes hacerlo así, si es que algo en positivo pretendes cuando me diriges la palabra después de... No me interesa el comadreo chismoso, lo sabes bien. O deberías saberlo a estas alturas. Por favor, no me lo ofrezcas más. De ese modo lo empeoras y ya me costaba antes de... Puedo incluso acceder a que nos comuniquemos, si asumes tu error... tu torpeza, no tu culpa pero sí tu responsabilidad... si me cuentas porqué lo hiciste... te prometo que intentaré ponerme en tu piel. Sin embargo callarás lo que habrías de decir y dirás lo que convendría callases. Sí, lo sé. Me consta que no has mentido a Leve porque sea Leve. Que no es nada personal. Lo has hecho porque funcionas así... en general. Es una de tus herramientas sociales, tu modus operandi. Mientes y no le das importancia. Te da igual. Y una mentira la quieres arreglar con otra, y esta con otra más... así, ad infinitum. Te hablo sin enfado, sin acritud... en serio, pero he de hacerlo para que comprendas algo que, sorprendentemente, no te ha quedado claro considerando lo, valga la redundancia, clara que soy en algunos aspectos; probablemente demasiados. Tengo alergia a la mentira y aún más a la hipocresía. No sirvo para moverme en sus dominios... ¡ni quiero! Es vox pópuli... porque lo digo; así, con todas las letras. No me sirven las relaciones insanas; por más que estas sean profesionales, superficiales, momentáneas... se pueden dar con un mínimo de calidad y de dignidad. Se deben dar. Lo tóxico a cien mil kilómetros a la redonda... de mí. Puedes elegir mentir, sí. Es tu libertad, consciente o no, y no voy a interferir en ella. Del mismo modo puedo y escojo decir no. Porque, después de lo ocurrido, para afirmarme... he de negarte. Y lo hago desde un punto emocional de absoluta tranquilidad. Es así. Concluyendo: ¡Ay... qué mayó estoy pa’ según qué... y según quiénes!”.

Esto sería lo que podría decirle, pero no, porque si hay que ir se va... pero ir pa’ na’... No serviría pues no comprendería absolutamente nada del contenido del mensaje. Ni siquiera en versión resumida: “Me has mentido y a posteriori te comportas con hipocresía. No entro en ese juego”. Pero entonces probablemente él se sentiría mal y aparte se crearía un ambiente tenso, así que, y esta es la novedad, callo. Eso sí... callo alcanzando un grado máximo de alucinancia (que diría el maestro Kunfu Panda) que me convierte en un auténtico levepasmarote que le mira y sonríe, tal que si me hubiera fumado algo... o me hubiera ventilado de un sorbo media botella de bourbon, cada vez que el interfecto me habla (que desde el momento de autos es demasiado a menudo), nombrándome para reclamar mi atención, contándome sus cosas con las que, por cierto, nunca comulgué. Claro, mirarme a los ojos... de soslayo si acaso. ¡Mecachis que no me aguanta el puente que no se llega a crear entre ventanitas de nuestras faces, que no fauces!...

Rictus novedoso de Levepasmarote

Y esa es la cosa... desde hace algo más de un mes, salvo saludarle y tratar los mínimos asuntos laborales que nos obligan a mezclarnos, soy voluntariamente incapaz de articular(le) palabra alguna. Ni mu... tan sólo sonrisa Giocondana y, desde que empieza hasta que acaba de hablarme, le miro situada en mi nube interior mulllidita de... habla trucho que no te escucho... En realidad... en adelante todo serán ventajas. Ni él me aporta, ni yo le aporto. Por ejemplo, cuando me ponga a parir a fulanita, o menganito... no será necesario que le diga: “No quiero que me hables mal de nadie, especialmente si ese nadie/alguien no está presente (no de cuerpo, sino de indicativo :-D)”. Y cuando en una reunión de trabajo me agarre del brazo, medio zarandeándome, tres veces ¡tres! y en menos de cinco minutos me repita con fervor un asunto que nada tiene que ver con el objeto de la reunión me ahorraré un: “¡Basta!... me lo has comentado tres, ¡tres veces seguidas en cero coma...! Y no me cojas...¡carape!”. Ni tampoco tendré que pedirle: “Por favor... por enésima vez, no me eches el humo a la cara”...

Llegada a este punto... con permiso del respetable voy a practicar la postura de brazos en cruz, para, ya metida de lleno en faena, ganar atractivancia (que también diría el maestro Kunfu) y otorgar así mayor poderío a mi nueva pose...

Levepasmarote en su primer entrenamiento oficial

Que digo yo que... a falta de poder levantar el vuelo dejando atrás a aquellos que sólo graznan... va a estar bien el nuevo método pa’ espantar pajarracos ¿no? :-D

(Nota mental: ¡Ay Señó... llévame pronto!)

"No es síntoma de buena salud el estar perfectamente adaptado a una sociedad enferma" (Jiddu Krishnamurti dixit).

“Es preciso –y precioso- caminar con el espíritu ligero y la comprensión abierta para lidiar diariamente con la gente... por aquello de nuestra escandalosa y perfecta imperfecta humanidad. Y que, a la par, se lidie con nosotros de igual manera” (Leve dixit).

Pd. Ya que la perorata ha sido de narices... me voy (¡por fin!) con la música a otra parte :-)...



Aunque casi es más adecuada esta banda sonora :-D…




sábado, 19 de enero de 2013

Dice un refrán: “Lo bueno si breve... ¡no es leve!” (o levecomunicado, 2ª parte)

Ejem... quiero decir un leve-refrán :-)

He de refrescar la memoria a parte de respetable e informar al resto haciendo una ¿pequeña introducción? (como se habrá archicomprobado, salvo que me encuentre en modo suspiro, la capacidad de sinopsis y yo no tenemos el gusto de conocernos... ¿¡Ven!?... de nuevo dando muestra de ello. De lo cual se deduce que “intentaré”... que sea una breve introducción). Esta entrada tiene fundamentalmente un protagonista... dos en realidad. Doña Paca, la señora que me bautizó como la Virgen de la Perpetua Levedad está casada con Indalo. Indalo padece Alzheimer desde hace unos ocho años que, obviamente, progresa a ritmo de almanaque. Cada mañana esperan en la cafetería a que llegue el vehículo que recoge a varios pacientes de la zona, para llevarles a un centro ocupacional de día. Indalo llega, se sienta y se queda como una maceta... minutos y más minutos. U horas si el lugar en cuestión se presta a que permanezca tiempo. A veces se duerme. Otras, mira y no dice nada a quien le habla. En ocasiones contesta. Puntualmente se rebela y refunfuña diciendo que él no va a ningún lado cuando por fin llega el autobús... y a Doña Paca le cuesta lo más grande convencerle, aunque Indalo acaba claudicando.

Hace varios meses llegué y saludé, como de costumbre. Poco después Doña Paca se levantó, se acercó a mi mesa y me dijo:
  • Perdona que te moleste... ¿te puedo dar un beso?
Me sorprendí, aunque sólo un instante, ya que hasta la fecha lo único que habíamos hecho era hablar, pero de inmediato le sonreí a la par que le respondía:
  •  ¿¡Cómo que molestarme!?... ¡Pues claro que sí mujer!
Y mientras me besaba, le besaba, me abrazaba, le abrazaba... añadió:
  • “Es que te quiero...”.
¡¿Eiiinnn?!... La sorpresa, en ese momento, se transformó a superlativa y duró algo más pues palabra de Leonor que no he hecho nada especial, salvo echar un ratillo de charla con ella cuando la veo... y bueno, sí, regalarle una estampita de la Virgen de la Perpetua Levedad, que decía le gustaba muchísimo. Así que me late que va a ser eso... lo que le ha conquistado de mí :-D


Doble, según Doña Paca, en versión religiosa, según la misma Doña, de la mirada y sonrisa de Leve (o estampita de la Virgen de la Perpetua Levedad)

Regresé a mi desayuno y de repente Indalo alzó la voz, mirándome y reclamando mi atención:
  • Indalo.- ¡Eeeeeeehhhh que yo también quiero!
  • Leve.- Por supuesto que sí, hombre... Vamos a estar aquí repartiendo besos y no le va a tocar a usted uno. Lo arreglamos inmediatamente... ¡mua, muaaa! (categoría ósculo sonoro, de ventosa él)...
Cuando nos separamos me devolvió una enooooorrrrrme sonrisa, tan llena de ternura, tan sincera, que... no pude por menos que regresar aquel día a casa más contenta que mi amiga Tenta, pues no sé si sabrá el respetable el regalazo importantísimo que es que un enfermo de Alzheimer te pida que le des un beso. Igual... que si te toca un igual (mínimo), valga la rebuznancia :-)

(Igual.- Dícese del nombre coloquial que un décimo del sorteo de la ONCE recibe en estos lares desde los que escribo y suscribo).

A partir de entonces... cada mañana, cuando llego, saludo a los protagonistas de estas líneas de otro modo:
  • Leve.- Buen día Indalo. ¿Cómo está?
  • Indalo.- Hecho un penco.
  • Leve.- Y yo una penca.
E Indalo sonríe extralaaaarrrrgamente... y se convierte en un niño de cinco años, aunque ya lleve en el planeta setenta y tantos largos...

Algunos días, si tiene más ganas de jugar, o si su ser no siendo se lo permite, desconozco cuál es la razón de que se dé así, continúa...
  • Indalo.- Y yo un toro.
  • Leve.- Y yo una vaca.
  • Indalo.- Y yo un gallo.
  • Leve.- Y yo una gallina.
  • Indalo.- Y yo un caballo.
  • Leve.- Y yo una yegua...
Vamos, que montar el belén no lo montamos, pero la granja...  :-D

Y sonríe... y sonrío... y sonríe de nuevo... y de nuevo sonrío... sucesivamente, a cada propuesta que hace, si le da por ahí. Pero lo que no falla, lo que siempre somos, pero siempre-siempre, es... un penco él, una penca yo. A lo que se fue añadiendo un suma y sigue pues me iba dando permiso para acercarme a medida que transcurrían los días...  primero le puse la mano en el hombro... después una pequeña caricia en su mejilla... penco - penca - mano al hombro - caricia en la mejilla... esa es la secuencia exacta, repetitiva, a la que, intermitentemente, añado un beso.


Primer plano de Penco y Penca

Todos notamos el aprecio... el afecto, el cariño, incluso los que ya desaparecieron en gran medida de sí. Sentirlo es una necesidad humana... se tenga conciencia de ella o no. Y entre Indalo y yo se ha creado un código... un contacto... con tacto, unido a palabras y sonrisas de mirada y boca: nuestro rito diario.

El me domestica... yo le domestico... Lo que no me queda claro es si él es el zorro, yo la principita, o él el principito y yo la zorra (¡ops, cómo suena!). Sea como fuere... Indalo ya no es para mí un muchachito semejante a cien mil muchachitos que pudieran entrar en esa cafetería. Indalo es único en esa cafetería :-)

(Nota mental: mejor me callo que el saludo que me devuelve Doña Paca es “¡Buenos días vida mía!”... ¿no?... Sí, me callo que va a sonar más raro aún que lo de hembra del zorro ;-))

(Nota mental II: ¿Se habrá notado el guiño que le he hecho a Gloria, la fuertes...? “Me gustaría tener una amiga que se llame Tenta. Y estar siempre conTenta” :-))

(Nota mental III: lo esencial es invisible a los ojos, repitió... a fin de acordarse :-))



lunes, 14 de enero de 2013

Levecomunicado

Damas y caballeros, en este presente de indicativo, soy...


¡¡¡ una penca !!!

¿Porque duermo en una cama de faquir?... ¿Porque pienso en verde?... ¿Porque he paseado por una alfombra de erizos?... ¿Porque me he vuelto como el increíble Hulk?... ¿Porque pincho quizás?... :-D

La respuesta, próximamente en sus pantallas...